Desde que, el pasado 27 de diciembre llegaron las primeras vacunas de Pfizer a España, y Araceli se convirtió en la primera persona mayor vacunada de su país, muchos cargos públicos – como el alcalde del El Guijo que ha entrevistado María Miaña - han aprovechado la campaña de para colarse en la lista y vacunarse antes de tiempo, aun no perteneciendo a un grupo de riesgo inminente.
Uno de los mayores escándalos en cuanto a los ‘jetas’ que se han puesto a la vacuna, quizá, negándole la oportunidad de ponérsela a alguien que realmente la necesita, tuvo lugar entre el 14 y el 16 de enero de este año, cuando se vacunó un grupo de 120 funcionarios de la Consejería de Sanidad de Granada, tengan o no contacto directo con los centros sanitarios de la comunidad.
La reportera del programa ha preguntado a todos y cada una de las personas que iban saliendo del edificio donde convergen varias consejerías, y trabajadores ajenos a la Sanidad, como de la cartera de Fomento, han reconocido que a ellos nadie les ha vacunado. Es más, estos trabajadores se han quejado de que le hayan puesto la vacuna a sus compañeros, cuando “están todo el día sentados en una mesa frente a un ordenador” y, por lo tanto, fuera de peligro.
Por fin, 'En el punto de mira' ha encontrado a varias de las personas que han reconocido haberse vacunado porque "van a veces a los hospitales" o porque acompañan a los sanitarios a las residencias para suministrar la vacuna, si bien ellos no entran en contacto con nadie que pueda tener covid.