Cuando, el pasado 27 de diciembre, comenzó la esperada campaña de vacunación del covid en España, nadie se esperaba que, aprovechando que sobraban dosis de los viales (que no deberían sobrar, sino estar mejor organizadas con una lista de suplentes), iba a haber cargos públicos (y no tan públicos) que se saltarían todos los protocolos y se iban a poner la vacuna cuando no les correspondía.
Uno de ellos fue el alcalde de El Guijo, en Córdoba, que se puso una de las tres vacunas que sobraron una vez que ya se había vacunado a todos los ancianos de la residencia de ancianos del pueblo y a los sanitarios que allí trabajan. Según su propia versión, él no quería vacunarse y, cuando vio que sobraban viales, y que los sanitarios allí presentes le ofrecían la dosis, dijo lo siguiente:
“Pedí que llamaran al personal que atiende a domicilio a las personas mayores y me dijeron que ellos ya estaban contemplados en el segundo grupo de vacunación. Después dije que llamaran a la Guardia Civil, pero me dijeron que ellos se vacunan por otro lado. Al final, me vacuné porque yo siempre estoy yendo por la residencia, una o dos veces por semana”, ha declarado el alcalde en una honesta entrevista en ‘El punto de mira’.
Jesús García también aprovechó para vacunar a su padre también y, después, viendo el gran rechazo social que causó y sigue causando esta forma de colarse en la lista, ha mostrado su arrepentimiento: “He pedido perdón a mi pueblo y, si volviera atrás, no lo volvería a hacer”, ha confesado, cosa que le ha gustado a la reportera María Miaña, pues no todos los que se han vacunado muestran un sincero arrepentimiento.