'En el punto de mira' investiga el negocio de la sal. Según la OMS, la sal más recomendada para consumir es la sal yodada, ligeramente más cara de precio que la sal normal. Sin embargo, en 2014 salió a la luz que más de 19 sales que se vendían como sal yodada en realidad no lo eran.
La normativa de la sal yodada dictamina que por cada kilo de sal, deben existir 60 miligramos de yodo. Analizando en el laboratorio distintas muestras, el programa comprobó que siete de las sales no contenían ese mínimo, tres de ellas incluso sin llegar al 10%.
Marta Losada, reportera de 'En el punto de mira', acudió a una de estas empresas con sede en Madrid para pedir explicaciones con los análisis en la mano. Al hablar con el gerente, éste acabó reconociendo que era un fallo.
"Puede ser un fallo, efectivamente. (...) Estamos haciendo análisis continuamente y no sale todo perfecto. Esto nos lo mandan de salinas ya yodada. Puede ser que hayan tenido un fallito. Nosotros comprobamos los pedidos y hacemos análisis, le puedo enseñar muchísimos", dijo el responsable ante las cámaras.
Según el Ministerio de Consumo, las empresas que comentan esta infracción de la normativa podrían enfrentarse a duras sanciones económicas.
Por otra parte, Marta Losada contó con la ayuda de un químico para saber cómo podemos comprobar si una sal es yodada sin necesidad de pisar un laboratorio. Todo lo que se necesita es una muestra de la sal, una patata y zumo de limón. "Si el color que aparece es morado o azulado, es yodada", descubría el químico.
Gracias a 'En el punto de mira' también hemos averiguado por qué unas sales son más caras que otras. "Si existe una diferencia, solo es gastronómica", explicaba un experto. Con los análisis de distintas muestras de sales, desde la de 0,26 céntimos hasta la de 50 euros el kilo, comprobamos que la diferencia nutricional es imperceptible.