Vecinos de Fuenlabrada, en Madrid, organizan patrullas vecinales: un 'narcopiso' siembra el pánico

  • El ‘narcopiso’ desde el que se trafica con drogas se instaló hace ya un año y medio y desde entonces los vecinos no duermen tranquilos

  • ‘En boca de todos’ se ha trasladado hasta Fuenlabrada para conocer desde la perspectiva de los vecinos afectados qué es lo que está ocurriendo exactamente.

  • Los ciudadanos se han unido para manifestarse a las puertas del edificio en el que está situado el ‘narcopiso’

Los vecinos del municipio de Fuenlabrada están cansados de la situación y han organizado patrullas vecinales para denunciar que un ‘narcopiso’ está haciendo tambalear la seguridad de todos los ciudadanos con su tráfico de drogas.

Según indica Nacho Abad, los vecinos se organizan en turnos de mañana, tarde y noche para vigilar las calles. El ‘narcopiso’ se instaló hace ya un año y medio y desde entonces los vecinos no duermen tranquilos al ver cómo ha crecido la inseguridad y el menudeo de drogas.

‘En boca de todos’ se ha trasladado hasta Fuenlabrada para conocer desde la perspectiva de los vecinos afectados qué es lo que está ocurriendo exactamente. Los ciudadanos se han unido para manifestarse a las puertas del edificio en el que está situado el ‘narcopiso’ para que se haga eco de lo que está sucediendo.

Hablan los vecinos que denuncian el 'narcopiso'

‘’El día a día es que no deja de venir gente a comprar droga, de día, de noche, a cualquier hora. Los vecinos estamos hartos porque es continuamente, están llamando a los porteros, no podemos dejar de llamar a la policía y así estamos’’, denuncia una de las vecinas.

Cecilia, otra de las vecinas afectadas ha explicado cómo viven: ‘’Estamos cansado, llaman a los telefonillos a cualquier hora, en primer lugar, te asustas, ya porque estamos hechos, pero te asustas cuando llaman a las cuatro de la mañana, es el problema que tenemos aquí’’.

Además, ha indicado que en el piso viven una madre y una hija que están de alquiler, pero que no saben más allá porque no conocen al dueño del piso y denuncia que no pueden estar todos los días haciendo caceroladas, si no que hay que hacer algo para pararlo.

Otra de las vecinas ha dado a conocer cómo entran los clientes al ‘narcopiso’: ‘’Vienen a cualquier hora porque les importa todo nada, ellos vienen a lo que vienen. Nosotros se lo impedimos, si no entran se larga, pero luego lo intentan más tarde, a otra hora o por la noche. Si no les abren ellas, que muchas veces no les abren la puerta, cuando vamos a entrar algún vecino, nos empujan a veces y entran por detrás de nosotros en el portal’’.