La Audiencia Provincial de Barcelona ha rechazado el recurso de Dani Alves y le mantiene en prisión. Lleva en la cárcel desde el pasado mes de enero y seguirá allí hasta que se celebre el juicio, en el que se le acusa de una presunta agresión sexual a una mujer en una discoteca de Barcelona. La jueza insiste en el riesgo de fuga y tiene dudas sobre el arraigo del deportista en España.
El abogado de Alves, Cristóbal Martell, alegó que no existe riesgo de fuga de su cliente porque había empadronado en Barcelona a sus dos hijos, de 15 y 17 años. Querían así demostrar que existía y un plan de vida y de futuro en la ciudad, donde también están registrados su exmujer y su representante.
“La documentación española y el empadronamiento de los hijos parecen confeccionados ad hoc, prácticamente el mismo día de la resolución que deniega la libertad, para poder alegarlo en este tribunal”, ha alegado la jueza.
También se ha pronunciado sobre el comportamiento de Alves y la presunta víctima antes de que entraran en el baño de la discoteca Sutton y de la supuesta agresión sexual: “Se insiste en la conducta previa a la entrada en el lavabo de la víctima. Debemos recordar que dicho comportamiento, aunque cuando se trate de un típico cortejo sexual entre dos adultos como afirma la defensa, no puede en modo alguno justiciar una posterior agresión sexual”.
Nacho Abad ha explicado la decisión de la justicia: dice que “no hay arraigo, se empadronaron los hijos en Barcelona para justificar que había arraigo y que no había riesgo de fuga” y que “por mucho que ligasen antes de entrar en el baño, eso no justifica una posible agresión”.