Naju, de 35 años, había quedado con un chico a través de una aplicación de citas gay el 24 de febrero de 2018. Tuvieron relaciones sexuales y ese fue el momento en que recibió más de 50 puñaladas que acabaron con su vida.
El presunto asesino huyó a Argentina, donde ha estado oculto varios años. Pero las fuerzas de seguridad dieron con él y fue extraditado a España. ‘En boca de todos’ ha accedido a sus declaraciones frente al juez.
“Estaba petadísimo de cosas entre bebida, éxtasis… Hablo con un chico y nos iba ese rollo de hacer juegos sado. Empieza la idea de empezar con un cuchillo. Se me fue la mano e hice una pequeña brecha. Hubo una pelea encarnizada y se cayó, se quedó allí tendido”, explicó en su declaración.
El arma del crimen, un cuchillo de cocina, nunca apareció. Al parecer, el acusado también se llevó el teléfono móvil de la víctima, que tiró a un contenedor, y el preservativo que habían usado, supuestamente para evitar dejar muestras de ADN. Al día siguiente, llamó a su madre y le dijo que quería volver a Argentina.
El presunto asesino, de 26 años, huyó a Argentina, donde ha llevado una vida normal durante varios años. Los vídeos de las cámaras de seguridad de la vivienda de la víctima, la propia app de citas y restos de ADN en el lugar del crimen ayudaron a dar con él. También que, tras años escondido en Argentina, empezó a relajarse y aparecía en fotos de las redes sociales, lo que ayudó a la policía a localizarle y detenerle.
Juan P. Martín, el abogado de la familia de Naju, ha explicado que el acusado “intentó desde el principio destruir cualquier prueba, como pudo ser llevarse el teléfono y el arma homicida” y también “lavarse en el cuarto de baño”. Se intentó deshacer del preservativo, pero se olvidó el envoltorio, donde se hallaron restos de su ADN.
Piden para él 25 años de prisión.