España y Argelia tienen una crisis abierta, consecuencia de la decisión del Gobierno de apoyar la propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental planteada por Marruecos. Argelia, enemigo histórico de Rabat, anunció que suspendía el acuerdo de cooperación y amistad con España y que frenaba las operaciones comerciales con los empresarios de nuestro país.
Una de las grandes dudas que recaían sobre esta situación era sí peligraba el suministro de gas argelino a España. Javier Martínez Ugarte, exembajador en Argelia, cree que no: “El problema principal ahora no es el gas, hay unos contratos firmados. El problema es si sigue en vigor la orden a la banca para frenar las operaciones comerciales con los empresarios españoles, es una noticia muy mala para el sector privado”.
El exembajador ha explicado que los empresarios españoles tienen mucho prestigio en el país magrebí y que Argelia ha sido “un buen cliente”.