La pubalgia es una de las lesiones más conocidas, especialmente porque la sufren muchos futbolistas como es el caso de la lesión de Hazard. Es una afección que se produce en la parte baja del abdomen o en la zona de la ingle, que termina dirigiéndose hacia el músculo en mayor medida cuanto más pasan los días.
Está muy presente en el mundo del fútbol y en otros deportes, ya que suele producirse por una sobrecarga muscular causada por la repetición de movimientos, o por la práctica diaria de deporte de alto rendimiento. También afecta especialmente a otras modalidades deportivas, como atletas de distancias largas, levantadores de peso o jugadores de rugby.
Afecta especialmente en el mundo del balompié, debido a movimientos como el golpeo del balón o los cambios de velocidad al regatear o simplemente al esprintar. Con cualquier movimiento forzado o frenada repentina, es fácil que un futbolista pueda sufrir dicha lesión, que puede tenerlos alejados de los terrenos de juego durante unas semanas.
Básicamente, la pubalgia es una lesión que afecta, principalmente, a deportistas de élite, o simplemente gente que practica deporte y pueda realizar un movimiento brusco. Una lesión que puede afectar a la zona ilio-pubiana de los abdominales o en el muslo. En función de la zona afectada, se hablará de pubalgia alta (afecta a abdominales), media (afecta a aductores) o mixta (afecta a ambos grupos musculares).
Lo normal es que sea causado por factores extrínsecos al realizar deporte, o incluso al hacer un mal calentamiento e incluso por entrenar demasiado o pegarnos un resbalón. Pero también puede darse por otro tipo de causas, como la displasia de cadera o deficiencias en la pared abdominal.
Aunque la gente que practica deporte tiene un mayor riesgo de sufrir una pubalgia, sea cual sea el ejercicio, se trata de algo que puede afectar a cualquiera. Hay varios síntomas que determinan que sufrimos esta lesión.
Simplemente, si notáis que os duele el abdomen al toser o estornudar, es probable que estés afectado de una pubalgia. El dolor al estirar los aductores o su propia contracción isométrica también son indicativos. Además, por supuesto, de dolores en las regiones pubianas o molestias en la palpación de aductores o abdominales.
La receta para recuperarse de una pubalgia es, sobre todo, la paciencia. Lo principal es aplicar hielo en la zona afectada y fármacos antiinflamatorios para reducir el dolor y la inflamación del o los tendones afectados y así paliar el dolor.
El tratamiento de fisioterapia también es más que recomendable. Se inicia de forma conservadora, cesando la actividad deportiva, y comenzando la realización de trabajo isométrico en aductores, abductor, abdomen y oblicuos.
También es aconsejable la electroterapia, si se da el caso, aplicando ultrasonidos, magnetoterapia o láser en la zona dolorida. Incluso podemos hacer ejercicios caseros, como ponernos una pelota entre las piernas y hacer fuerza. Aunque, por supuesto, lo principal es estar bajo la supervisión de un especialista.
Una pubalga tiene un proceso de recuperación relativo, pero se puede realizar vida normal pasados quince días del máximo reposo. Para volver a tener una vida deportiva plena, lo ideal es esperar de cuatro a seis semanas, ya que forzando la zona, solo podemos tener problemas.