Shane Warne, jugador leyenda del críquet australiano y del deporte a nivel mundial, ha sido encontrado muerto en una habitación de hotel en Tailandia. Tenía 52 años y acababa de terminar una dieta para adelgazar extrema y basada en líquidos.
Los informes preliminares de las autoridades tailandesas han concluido que se trata de una muerte natural por un ataque al corazón.
'Daily Mail' daba a conocer que el jugador acababa de terminar una dieta extrema para perder peso esencialmente basada en líquidos y en ayuno. Este tipo de dietas aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos, ya que se tratan de dietas no variadas. Uno de sus amigos, que también se encontraba en Tailandia de vacaciones, declaró para el medio británico que su último menú antes de fallecer fue una tostada con Vegemite, una crema típica australiana rica en vitaminas.
Este tipo de alimentación se vio agravado por otra condición, y es que Warne era adicto al tabaco y arrastraba otros problemas de salud. Por otro lado, acababa de superar el COVID.
Las autoridades tailandesas han determinado que no existen indicios de criminalidad y que se trata de una muerte por causas naturales.
Shane Warne era padre de tres niños, a los que llamó horas antes de fallecer. También fue pareja de la actriz Elizabeth Hurley, quien dedicó un cariñoso y emotivo post de Instagram donde se podía leer: “Siento como si el sol se hubiera ido detrás de una nube para siempre. Descansa en paz, mi corazón de león”.
Su familia ha emitido un comunicado donde han declarado que nunca superarán esta situación y que se trata de "una pesadilla que nunca termina". “No has muerto, papá. Sólo te has mudado a un sitio diferente”, agregaban sus hijos. Su ex mujer y madre de los niños, Simone Callahan, lo recordaba con cariño: “Tienes una luz tan fuerte, que aunque te hayas marchado la luz permanece aquí”.
La repatriación de su cuerpo se llevará a cabo mañana y se ha organizado un funeral público como tributo al atleta.
Sus negocios, como su propia destilería de ginebra o su fragancia, y su actividad como comentarista de criquet dejan como herencia a la familia una fortuna de unos 50 millones de dólares, mansiones y coches de lujo.