Sebastian Vettel ha protagonizado una secuencia icónica en los primeros entrenamientos del Gran Premio de Australia. El Aston Martin del piloto alemán se quedaba parado tras sufrir un pequeño incendio y el excampeón del mundo decidía coger una moto, sin permiso, para volver al pitlane. Una hazaña, aplaudida en redes, que le puede acabar saliendo muy cara. Los comisarios del circuito ya lo están investigando.
Sin manos, saludando a la grada y con el casco mal puesto. Así ha salido Vettel a pista tras la avería de su Aston Martin. Una imagen que ha provocado risas entre los aficionados pero que a los comisarios de la carrera no le ha provocado ni una sonrisa.
El piloto alemán decidió salir con la moto sin consultar ni a su equipo, ni a dirección de carrera. Y aunque la acción en pista estaba parada por la bandera roja como consecuencia de la avería de su monoplaza, a dirección de carrera no le gusta nada este tipo de pericias.
El piloto alemán Sebastian Vettel (Aston Martin) debutará este domingo en el Gran Premio de Australia tras recuperarse de la COVID-19, enfermedad que le impidió participar en las dos primeras carreras de Baréin y Arabia Saudí, según confirmó la escudería en un comunicado la semana pasada.
El circuito de Albert Park, en Melbourne, albergará este fin de semana el Gran Premio de Australia, tercera cita del Mundial de Fórmula 1 a la que el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) llega como sólido líder y dispuesto junto a su compañero Carlos Sainz a mantener a raya al neerlandés Max Verstappen (Red Bull).
Después de las dos primeras carreras en Asia, en Baréin y Arabia Saudí, se ha podido comprobar lo intuido durante la pretemporada y lo que podía traer el cambio normativo. De momento, el espectáculo está creciendo y, aunque la brecha entre los equipos continúa en muchos casos, se barrunta más igualdad en una parte delantera que está siendo coto privado de Ferrari y Red Bull, pero donde no se deja de esperar al paso adelante de Mercedes.