La vida de Marta Domínguez ha dado un vuelco en los últimos años. La atleta española ha pasado de ser campeona del mundo, a trabajar de vigilante de seguridad en la estación del AVE de Palencia. Tras un breve paso por el mundo de la política, llegó a ser senadora del PP por Palencia, la sombra del dopaje acabó con todas sus aspiraciones. Precisamente ha acaba trabajando en su ciudad natal, una ciudad que reniega de ella.
El 9 de diciembre de 2010, su vida cambio para siempre. Marta Domínguez fue detenida dentro del marco de la Operación Galgo, que perseguía el dopaje dentro del deporte español. Desde entonces, todos sus méritos y logros se esfumaron. Y también todos sus reconocimientos en muchos rincones de España. Tras opositar para ser policía nacional, la atleta trabaja ahora como vigilante de seguridad, tal y como ha informado Esdiario.
La atleta palentina ha desaparecido de los medios de comunicación, tampoco tiene redes sociales y no quiere que nadie la encuentre. En Palencia, su ciudad natal y donde trabaja actualmente, reniegan de ella desde que fue acusada de dopaje. "Luego se reconvirtió en un homenaje a los atletas y también se le ha retirado otros reconocimientos como el de Hija Predilecta de la ciudad", señalan desde el Ayuntamiento de Palencia a nuestros compañeros de Nius.
Como para todas las personas, la pandemia del coronavirus también afectó a Marta Domínguez. La atleta española trabajaba como monitoria en un gimnasio de Palencia. El virus provocó su cierre y el consecuente despido de la excampeona de España. Ahora ha encontrado un nuevo oficio como vigilante de seguridad.