No alcanza las cifras de Jeff Bezos, Bill Gates o Amancio Ortega, pero la fortuna de Vince McMahon, el dueño de la WWE, no deja de crecer cada día y ya es uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. La lista Forbes estima que el propietario de la mayor empresa de lucha libre del mundo acumula más de 1.900 millones de dólares, lo que le sitúa en el puesto número 1196 de la lista de las grandes fortunas mundiales. Pero, ¿cómo ha logrado crear un imperio como ese con una compañía de wrestling? Una de las respuesta se encuentra en la organización de los eventos más importantes de la WWE.
La versión corta es que McMahon creció en el seno de una familia que vivía en un parque de caravanas de Carolina del Norte y comenzó a trabajar con 26 años en una pequeña empresa de lucha libre que era propiedad de su padre. Era el año 1972 y solo diez años después Vince McMahon compró el negocio a su padre para transformarlo por completo.
La World Wrestling Federation (WWF) pasó de ser una empresa que funcionaba a nivel regional a convertirse en la mayor empresa de lucha libre del mundo. La WWF se transformó en la WWE (World Wrestling Entertainment) en 1999 y hoy es un fenómeno global cuyos shows se emiten en más de 150 países y que genera más de mil millones de dólares al año. Y todo lo logró involucrándose en todos los procesos de la compañía, desde las decisiones económicas hasta las deportivas: todo lo que sucede en la WWE está controlado por su dueño.
Vince McMahon se hizo con la empresa familiar en 1983 y tomó una decisión que iba a ser fundamental en su vida: comenzó a captar a nuevos aficionados a la lucha libre y lo hizo con un recurso que hoy es parte de la historia de este deporte: la "Rock 'n' Wrestling Connection". Atrayendo a personajes influyentes del rock hacia el mundo del wrestiling consiguió nuevos aficionados para sus shows y así llegó el primer combate de lucha libre emitido en la televisión por cable de Estados Unidos: lo hizo la MTV en 1984 y supuso el despegue definitivo de lo que entonces era todavía la WWF.
El propietario de la WWE contrató entonces más y mejores guionistas para preparar historias emocionantes entre las estrellas del ring. Y tomó otra decisión clave para entender lo que hoy es la WWE: crear múltiples shows, unos que se iban a retransmitir por televisión por cable y otros que estaban destinados, únicamente, a que se disfrutaran en directo por los aficionados. Así comenzaron a recorrer Estados Unidos, consiguiendo millones de dólares en ingresos por entradas y, al mismo tiempo, grandes contratos televisivos para emitir sus shows.
Hoy en día hay varios espectáculos cada semana de la WWE, aunque los dos más emblemáticos son RAW y SmackDown, que se emiten los lunes y viernes. Y, además, la compañía ha creado su propio canal de televisión para emitir a través de internet. Se llama WWE Network y es el lugar ideal para disfrutar de combates históricos de la empresa, pero también de los eventos en PPV que mensualmente organiza la empresa.
La WWE es una organización global, pero a nivel organizativo funciona totalmente como una empresa familiar. De hecho, la mujer de Vince McMahon, Linda, es su mano derecha, mientras sus dos hijas, Shane y Stephanie McMahon, también participan en la dirección de la compañia. Además, Stephanie McMahon comenzó a salir con Triple H en el año 2000 y esta gran estrella del ring es, ahora, otra de las piezas importantes en la organización de la empresa.
Uno de los grandes amigos de Vince McMahon es Donald Trump. El hoy presidente de los Estados Unidos ha participado en varias ocasiones en los shows de la WWE y llegó incluso a participar en la famosa "batalla de los billonarios": fue un combate en la que Trump y McMahon eligieron a dos luchadores que les representaran (Vince fue representado por el tristemente fallecido Umaga y Trump por Bobby Lashley) comprometiéndose a que al perdedor se le raparía en directo sobre el ring. El resultado fue que Vince McMahon perdió y el propio Donald Trump le afeitó la cabeza. Ahora, el hoy presidente norteamericano le ha convertido en asesor presidencial para tratar de salir de la crisis económica que sacude a su país.
La fortuna de Vince McMahon ha ido creciendo con el paso de los años hasta situarse en lo que es hoy. Valga como ejemplo que desde el año 2014 su cuenta corriente ha crecido más de un 50 por ciento, ya que por aquel entonces la revista Forbes le adjudicaba 1.200 millones de dólares. Hoy es una de los empresarios con más éxito de Estados Unidos y su opinión es la más respetada en el mundo del deporte espectáculo.