El deporte suele ser un sinónimo de salud. Es una de las prácticas más recomendadas de evasión con el fin de evitar problemas, tanto físicos, como a nivel interno. Pero, en ocasiones, puede suponer un riesgo si padecemos o tenemos tendencia de sufrir algún tipo de enfermedad cardíaca.
Normalmente, el deporte, y la ausencia de sedentarismo, favorecen a que nuestra salud cardíaca sea óptima. Pero hay personas que, bien se mediante procesos congénitos o degenerativos, pueden padecer problemas del corazón, dificultando o incluso impidiendo la práctica deportiva.
Según la Doctora Remior, cardióloga del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, los síntomas ante posibles enfermedades cardíacas pueden depender de diversos factores, variables según el sexo del sujeto. Sensaciones como fatiga al subir unas escaleras que no deberían suponer mucho esfuerzo o piernas hinchadas pueden ser dos de las manifestaciones principales.
Para minimizar el riesgo de enfermedades cardíacas podemos tomar medidas relacionadas con la salud. Como siempre, salud y alimentación van de la mano: "Debemos intentar de llevar una dieta saludable, con aceite de oliva, poca sal y evitar grasas saturadas", afirma la Doctora Remior, quien también aconseja "hacer ejercicio, caminar 30 minutos al día y no fumar" entre los hábitos que debemos tomar para no tener problemas cardíacos.
En lo referente al deporte, también asegura que es mejor hacer "ejercicio de forma regular que solo hacer deporte de alta intensidad una vez a la semana".
Una de las preguntas que suelen hacerse los deportistas que tienen este tipo de afecciones es sobre la posibilidad de volver a practicar deporte después de un infarto o problemas cardíacos semejantes.
Una vez más, la Doctora Remior indica que hay que individualizar cada caso: "Si una persona ha tenido un infarto, el marcador de riesgo nos puede indicar si puede volver a una actividad física. Si el paciente es joven y las consecuencias son buenas, se recomienda que incluso vuelvan cuanto antes a una actividad física".
Por el contrario, está el caso de la muerte súbita, que suele darse por miocardiopatía en deportistas menores de 35 años (puede ser debido a una causa genética o congénica). En estos casos, no se recomienda, en ningún caso, la vuelta al deporte de ninguna de las formas; especialmente si se trata de casos de deportistas de élite.
Como se ha comentado anteriormente, en los casos en los que sí se pueda hacer deporte para volver a la normalidad, es aconsejable el ejercicio aeróbico: correr, ir en bici o nadar, así como ejercicios suaves o prácticas como el yoga, nos ayudarán a mantenernos sanos si lo realizamos con un ritmo normal, e incluso puede mejorar el rendimiento de la bomba cardíaca.
Siempre hay que tener en cuenta las recomendaciones médicas. Si alguien ha sufrido un infarto de miocardio, tiene que estar reposando durante al menos tres semanas, con el periodo de cicatrización y teniendo especial cuidado. Una vez haya pasado esa fase, los resultados médicos determinarán los pasos a seguir.
La manifestación de enfermedades cardíacas puede presentarse de diversas formas y es difícil concretarlo. Desde dolores de cabeza, palpitaciones intensas, agotamiento, trastornos del sueño o dolores en el pecho.
Si tenemos dudas, lo primero que hay que hacer es ir al médico y que nos evalúe. En algunos casos se cree que la prueba de esfuerzo puede determinar si podemos practicar deporte o no, pero es algo que, como nos comenta la Doctora Remior, no todo el mundo lo requiere.
"Las pruebas de esfuerzo no deben hacerse salvo que seas deportista de élite; están destinadas a atletas que hagan ejercicio con mucha intensidad". Al mismo tiempo, la doctora Remior nos cuenta que hay cuestionarios, como el PAR-Q, que nos hacen una serie de preguntas con las que podremos determinar de forma rápida si somos aptos para realizar actividades físicas.
Lamentablemente, problemas del corazón han dejado por el camino a deportistas profesionales, quienes en un sobreesfuerzo han perdido la vida en el terreno de juego. El del sevillista Antonio Puerta es uno de los casos más recordados, junto al del jugador del Espanyol, Dani Jarque.
Un caso reciente es el de Iker Casillas. El guardameta, uno de los estandartes del Real Madrid, sufrió un infarto en un entrenamiento. Afortunadamente, los médicos del club pudieron asistirle y se ha recuperado de forma excelente, aunque no ha vuelto a competir a nivel profesional.