No hay duda que los Juegos Olímpicos de Barcelona marcaron un punto de inflexión en el deporte español. Numerosas iniciativas contribuyeron de manera decisiva a cambiar la mentalidad del deportista profesional y cómo debía encarar la preparación de las grandes citas mundiales o cómo debía sobrevivir más allá de la exitosa Barcelona '92. Los deportistas, la población en general y también las administraciones, vieron la posibilidad de dar un apoyo y una salida futura a los atletas de élite.
Una de las más importantes fue la construcción de centros en los que los deportistas podrían encontrar las mejores instalaciones posibles para sus entrenamientos. Actualmente hay tres tipos de centros:
Pero, más allá de las clasificaciones oficiales de estos centros, lo cierto es que la existencia de estas instalaciones ha mejorado, indiscutiblemente, la vida de los deportistas profesionales en activo e, incluso, cuando han dejado su corta carrera centrada en la actividad física. Paulatinamente, y desde 1987, se han ido introduciendo mejoras en sus condiciones para los entrenamientos, mejora de instalaciones y tecnología, así como en salidas profesionales, con aulas de estudio en las que poder compatibilizar los duros entrenamientos y sus horarios, con un desarrollo intelectual del que vivir tras el deporte. Son ya muchos los deportistas que han acabado carreras, relacionadas o no con el deporte, gracias a los CAR.
Pero, para llegar a formar parte de estos centros, hay que tener una disciplina, dedicación, implicación y casi devoción por el deporte. Según se va subiendo de nivel en la carrera como deportista los técnicos de cada federación son los que van proponiendo quiénes pasan a formar parte de la red de deportistas integrados en los CAR.
El día a día en un Centro de Alto Rendimiento comienza temprano, con distintas rutinas dependiendo de cada deporte, pero con un calendario de entrenamientos que nunca baja de las 5 horas diarias de ejercicio físico y otras tantas dedicadas al estudio. La mayor parte del tiempo restante, actualmente, se suele dedicar a distintas técnicas de control e innovaciones tecnológicas. Eso implica que toda esa actividad deje muy pocas horas para la vida personal. Menos, aún, cuando los calendarios de cada competición marcan el camino para estos deportistas de élite.
La introducción de las nuevas tecnologías aplicadas al deporte ha significado un antes y un después para entrenadores y atletas. Métricas que antes no podían tenerse en cuenta porque no había capacidad de cruzar datos se convierten, en los CAR, en una especie de mandamientos para entrenadores que saben cómo exprimir esfuerzos en cada uno de sus pupilos. Desde mediados de 2005, palabras como pulsómetros, potencia o resistencia, son un vocabulario cada vez más habitual en un CAR.
Los deportistas que representan a España en cada competición también han sabido adaptarse a lo que la tecnología puede ofrecerles. Hacen caso a cada indicación de su reloj, de su entrenador y también de lo que su propio cuerpo les dicta. Se puede decir que han llegado a entender qué significan las señales que su cuerpo les manda en cada momento: cuándo cambiar de ritmo, cuándo hidratarse, cuándo sus rivales son vulnerables, etc.
Un ejemplo es la Unidad de Control de Rendimiento del CAR que comenzó su actividad en 2015. Un auténtico laboratorio del que echan mano todos los entrenadores y deportistas de élite. Este centro analiza todo lo que rodea a un profesional: carga y volumen de trabajo, fuerza muscular y, lo que es de mucha ayuda, también previene posibles lesiones, algo que para un deportista que depende de sus marcas, puede significarlo todo.
Son muchos los que se han beneficiado de los datos obtenidos en su perfil de la Unidad de Control de Rendimiento, cambios de apoyos en sus rutinas técnicas, control de esfuerzos, saltos... Toda la información pasada por la batidora de analistas y entrenadores y filtrada por los técnicos de los CAR. Se ha pasado de muy poca información en los primeros años de trabajo a una cantidad tan ingente que es prácticamente ilimitada. De hecho, ya se están analizando posibles usos de Inteligencia Artificial aplicada en estos laboratorios de los CAR que ayudaría a simplificar el tratamiento de tantos datos y parámetros.
No cabe duda de que el deporte y los deportistas profesionales han cambiado y han dado un gran salto con la aparición de los Centros de Alto Rendimiento. Entrar en los programas de estos centros requiere de un enorme sacrificio personal para mantenerse en la élite y poder beneficiarse de las ayudas que ofrecen, pero los deportistas son conscientes de que, sin duda, merece la pena.