Quizás muchos penséis que el cacao no es un alimento sano, al relacionarlo con el chocolate y derivados. Pues estáis muy equivocados, porque se trata de un ‘superalimento’ con propiedades que resultan tremendamente beneficiosas para nuestra salud.
Pero hay que saber diferenciarlo. El cacao proviene de las semillas que se encuentran en las vainas del árbol del cacao, con un aspecto muy similar al de una orquídea salvaje. Se obtiene de moler las nueces de cacao y es lo verdaderamente beneficioso. Aunque es el principal ingrediente del chocolate, este producto tan delicioso y tentador se obtiene de mezclarlo con otros aditivos como el azúcar, derivados lácteos o grasas.
El cacao contiene más de cincuenta nutrientes y componentes bioactivos, entre los que destacan los polifenoles, que cuentan con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias para protegernos y mejorar nuestra salud cardiovascular. Para que os hagáis una idea, el cacao crudo tiene una concentración de antioxidantes veinte veces mayor a la del té verde.
Entre sus múltiples beneficios encontramos que es rico en magnesio. Con una pequeña ración de cacao, llenaríamos el cupo de hierro recomendado al día. También ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes, gracias a que mejora la resistencia a la insulina y al metabolismo de la glucosa.
El cacao contiene un amplio número de vitaminas del grupo B, y es rico en minerales como el cobre o el mencionado magnesio. Contiene calcio, fósforo, cobre, manganeso, selenio, potasio y zin
El cacao, al contrario de lo que pueda parecer, ayuda a combatir la obesidad, ya que ayuda a modelar el metabolismo de lípidos y reduce los ácidos grasos, incrementando la termogénesis. También ayuda a nuestro cerebro gracias a sus flavonoides, que toman un papel neuroprotector, mejorando la memoria y previniendo enfermedades como el alzheimer. También tiene beneficios que ayudan a evitar la arteriosclerosis o la trombosis.
Además, si os gusta cuidaros, debéis saber que los flavonoides del cacao ayudan a que mantengamos una piel sana, ya que aumentan la elasticidad y la hidratación de la piel. También posee componentes que estimulan las defensas naturales del organismo y puede reducir la sensibilidad de la piel a los rayos ultravioleta.
Además, sin duda, una de las mejores consecuencias de comer cacao es que mejora nuestro humor. En momentos de tristeza o desánimo, ingerir un poco de cacao puede ayudar a sacarnos una sonrisa debido a sus propiedades. La feniletilamina que contiene aporta el denominado efecto afrodisíaco que nos convierte en plenamente felices tras comerlo.
Pero como con todo, hay que tener cuidado y no comer cacao en exceso. La teobromina, un excitante similar a la cafeína, puede hacer que nos volvamos adictos al cacao. Aunque también hay estudios que aseguran que la teobromina puede ayudar a evitar las piedras en el riñón. Lo ideal es comerlo en su justa medida para aprovecharnos de sus múltiples beneficios.
Los nutrientes del cacao, especialmente la fibra (35%), así como sus vitaminas o minerales, hacen que sea un alimento más que necesario en nuestra dieta alimenticia, según expertos en nutrición.
Es sencillo incluir el cacao en nuestras rutinas alimenticias, ya que podemos añadirlo en aperitivos, salsas o, por supuesto, postres o bebidas. Es ideal utilizarlo en crudo para mantener sus propiedades con plenitud.