A lo largo de la historia se han puesto de moda diversos métodos de adelgazamiento. Algunos más efectivos que otros. Ahora, vamos a profundizar en uno de los que más se está hablando últimamente: el ayuno intermitente.
El ayuno intermitente es una propuesta con la que alcanzar un rápido adelgazamiento. Diversos estudios indican que el ayuno puede ser una pieza clave para la pérdida de peso. Pero siempre debemos tener en cuenta que hay que tratar de tener una alimentación saludable y una dieta equilibrada, sin olvidar comer, por ejemplo, fruta o verdura.
El denominado método del ayuno intermitente propone combinar periodos de ayuno con otros en los que sí comamos, y que seleccionemos dichas franjas horarias en función de nuestras necesidades.
Uno de los más conocidos es el denominado ayuno intermitente 16/8. Es uno de los más conocidos, debido a que es relativamente sencillo incluirlo en nuestra vida cotidiana. Se resume en pasar 16 horas del día sin comer, y las 8 restantes siguiendo los hábitos alimenticios que tengamos con normalidad. Tratando, como siempre en estos casos, que la alimentación sea lo más saludable posible.
A priori, estar dieciséis horas sin comer, puede sonar a locura. Y, aunque lo es, tampoco es tan descabellado como podría parecer. Aunque hay varias opciones, la más recurrente puede ser la de obviar el desayuno. Si cenamos alrededor de las 20:00 o 21:00 horas, la clave sería hacer la siguiente comida a las 13:00 o 14:00 horas del día siguiente, y ahí comenzar el ciclo habitual. El incluir las horas de sueño es una pequeña ‘trampa’ que ayuda a conseguir el objetivo con mayor facilidad.
Otra variante del ayuno intermitente 16/8, para quienes sea sagrado el desayuno, quizás prefieran arrancar el día con fuerzas, a eso de las 7:00 u 8:00 horas, y no volver a comer nada hasta las 20:00 o 21:00 horas, para recuperar fuerzas justo antes de irnos a la cama.
En cualquier caso, para seguir este método tendremos que ir cambiando entre todas las combinaciones a intervalos, para que encaje el periodo de horas.
Es importante insistir en que, durante las horas de comida normal, la alimentación debe ser sana y saludable, proponiendo la ingestión de frutas y verduras. De otra forma, se perderían los progresos obtenidos en el duro periodo de ayuno.
Para estos periodos de ayuno cobra de mayor importancia si cabe la ingesta de líquidos y agua. Se permiten bebidas como el café o el té. Siempre teniendo en cuenta que, para cumplir el cometido, debemos prescindir de la leche en cualquiera de los dos casos.
Dentro de esta práctica de ayuno intermitente, existen otras variantes, como la denominada ‘Dieta 5:2’, que se basa en comer con normalidad durante cinco días de la semana, y reducir de forma drástica la ingesta de comida los dos días siguientes. También hay quienes extienden este método con una periodicidad mensual, ayunando dos días seguidos al mes, pero es menos habitual y efectiva.
Hay que tener en cuenta que, según especialistas en hábitos alimenticios, el ayuno intermitente no puede considerarse como una dieta, ya que se trata de una práctica que restringe la ingesta de alimentos durante un tiempo concreto.
Eso sí, según los estudios científicos que se han publicado hasta la fecha, el ayuno intermitente puede ser una opción tan efectiva y segura como una dieta de restricción calórica. Aunque puede no ser apta o útil para todas las personas. En todos los casos, el primer paso recomendable a dar es el de hablar con endocrinos o nutricionistas que nos puedan dar un mejor asesoramiento sobre cómo encarar este ayuno intermitente.