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Rakitic, un seguidor más de la Semana Santa y un sueño por cumplir: quiere salir de costalero en una procesión

El futbolista croata del Sevilla, Iván Rakitic, llegó a la capital andaluza en 2011, antes de cumplir los 23 años. Gran parte de su vida la ha vivido en Sevilla durante dos etapas (2011-2014 y 2020-2023) y hay algo que realmente le ha marcado durante este tiempo.

Rakitic, además de estar casado con Raquel Mauri, una mujer sevillana, es un gran amante de la Semana Santa de la ciudad. Cuando llegó a España, no sabía hablar ni una palabra en castellano y su mujer fue quien le ayudó a aprender a hablar en el idioma, hasta llegar a adoptar un acento sevillano muy gracioso, con el que se ganó el cariño de la afición del Sevilla.

El futbolista ha hablado varias veces sobre la gran celebración religiosa de la ciudad e incluso ha expresado su deseo de ser costalero cuando deje el fútbol. Me encanta la Semana Santa y cuando me retire ya le he dicho a mi suegro que quiero salir con él de costalero en un paso. Es lo más grande que hay", confesó en una entrevista.

“El primer año no sabía lo que era y me metí en un lío bastante grande con el coche, porque me cortaron las calles por todos los lados y no sabía cómo salir... Después, aprendí a disfrutarla como ellos. Es emocionante la pasión con la que lo viven. Es lo más grande", continuaba Rakitic.

Unos meses después, el futbolista subió a sus redes sociales una fotografía en la que aparece vestido de costalero con una camiseta de la Hermandad de Pino Montano. “Todos mis respetos y admiración a los costaleros y cofrades de las hermandades de Sevilla”, publicó.

El Sevilla inicia con triunfo la era Mendilibar

El Sevilla ganó 0-2 al Cádiz, un rival directo para eludir el descenso, hizo bueno el dicho de “a entrenador nuevo, victoria segura” y, en el debut de José Luis Mendilibar en su banquillo, se llevó tres puntos de oro del Nuevo Mirandilla, donde los gaditanos no perdían desde la quinta jornada.

Los goles del argentino Lucas Ocampos y del marroquí Youssef En-Nesyri, ambos en la segunda mitad, inclinaron la balanza en un duelo de la zona baja que permite al Sevilla coger aire y deja a los amarillos pendientes de otros resultados para saber si caen o no a puestos de descenso.