El racismo sigue campando a sus anchas por los campos de fútbol de todo el mundo. Y lo ocurrido ayer en el Lecce vs Lazio es solo una prueba más de ello. El encuentro, que acabó con victoria de los locales por 2-1, es lo menos importante de lo que se vio ayer en el Estadio Comunale Via del Mare.
Y es que en mitad del encuentro, la afición visitante de la Lazio, conocida mundialmente por su afinidad con los grupos simpatizantes del fascismo, empezó a soltar insultos racistas contra el delantero zambiano Lameck Banda, y su compañero francés Samuel Umtiti. Unos insultos que provocaron que el partido se detuviera durante unos minutos.
"Cuando el árbitro paró el partido, esperando que el locutor pidiera el cese de los cánticos racistas, Umtiti le pidió que lo reanudara porque quería responder a los insultos recibidos en el campo. Reaccionó como un verdadero campeón", comentó el presidente del Lecce, Saverio Sticchi Damiani.
Lejos de mantenerse callado, los aficionados locales quisieron apoyar a sus jugadores y empezaron a cantar el nombre de los dos afectados, dejando los insultos en un mero sonido de fondo. Incluso la cuenta de redes sociales del club quiso agradecer a sus aficionados el ejemplo dado. "Los cánticos racistas han sido sometidos por el coraje. Todo el pueblo 'giallorosso' ha gritado un solo nombre, el de Umtiti", escribió la cuenta oficial.
El partido acabó con la victoria de los locales, pero el ex jugador del Barcelona rompió a llorar y se marchó al túnel de vestuario entre lágrimas. Infantino, que estuvo muy atento a todo lo que ocurrió, aseguró que tomará medidas y pide a los aficionados que luchen contra esta lacra. "Solidaridad con Samuel Umtiti y Lameck Banda. Gritemos fuerte y claro: no al racismo. Que la gran mayoría de los aficionados, que son buena gente, se pongan de pie para callar a todos los racistas de una vez por todas", comentó el presidente de la FIFA.