La escaladora iraní, Elnaz Rekabi, ha competido sin velo en las finales del Campeonato Asiático de Escalada. La deportista, de 33 años, ha tomado esa decisión en medio de toda la opresión a la que se enfrentan las mujeres en Irán. Esto ya ha tenido sus consecuencias y ha sido retenida por las autoridades de Irán. Pocas horas después reaparecía para pedir perdón.
Después de la competición, sus familiares y amigos perdieron contacto con la deportista. La embajada de Irán en Seúl asegura que todo está en orden y que se encuentra viajando, pero se teme su detención en Teherán. Irán niega cualquier tipo de detención, pero sus familiares siguen denunciando su "desaparición". Según la BBC, el personal de la legación diplomática iraní le ha confiscado a Elnaz el pasaporte y el teléfono móvil antes de que viajara. Todo esto queda en un segundo plano al reaparecer la deportista y dar sus explicaciones.
Las leyes del país iraní obligan a competir con velo a las mujeres, pero Elnaz se ha enfrentado a dicha medida un mes después de la muerte de Mahsa Amini, que provocó una oleada de protestas sin precedentes en el territorio.
Mahsa Amini fue asesinada por la policía moral porque supuestamente no llevaba bien puesto el velo. Un punto de inflexión en un país en el que no están acostumbrados a rebelarse, pero que en las últimas semanas sus ciudadanos se han atrevido a desafiar las normas impuestas.
El gesto de Rekabi ha sido muy aplaudido, pero a su vez se debe tener en cuenta la magnitud de una acción como esta. La escaladora ha priorizado sus valores y eso, por desgracia, le podría costar muy caro.
Es probable que, al incumplir la normativa, a Elanz no se la vuelva a dejar competir como parte de la selección iraní de escalada o, incluso, podría ser castigada.
Sin embargo, la escaladora no es la única deportista que se ha reivindicado ante la opresión de su propio país. El futbolista Zobeir Niknafs se rapó el pelo en protesta por la muerte de Mahsa Amini.