El tenista español Carlos Alcaraz peleará este domingo por conquistar su primer 'grande' y convertirse en el nuevo número uno del mundo después de imponerse este viernes en las semifinales del Abierto de los Estados Unidos, cuarto y último 'Grand Slam' de la temporada, al estadounidense Frances Tiafoe en cinco sets (6-7, 6-3, 6-1, 6-7, 6-3).
A sus 19 años, el murciano se convirtió en el más joven en alcanzar una final de 'Grand Slam' desde que lo lograse su compatriota Rafa Nadal en la edición de 2005 de Roland Garros y el más joven en hacerlo en Flushing Meadows desde 1990 (Pete Sampras). Ahora, tratará de sumar su primer 'grande' ante el noruego Casper Ruud, que también intentará estrenar su palmarés de 'Grand Slam' y que igualmente opta al trono mundial.
Y todo después de salir airoso a una tercera 'batalla' en la Arthur Ashe ante un rival que no se dio por vencido, ni siquiera cuando parecía perdido tras ser arrollado en el tercer parcial y estar abajo en el cuarto. Pero el americano reaccionó y obligó al de El Palmar a volver a mostrar nervios de acero como en octavos ante el croata Marin Cilic y en cuartos ante el Italiano Jannik Sinner.
Alcaraz necesitó cuatro horas y 20 minutos para acabar con la resistencia del tenista local, que buscaba acabar con la sequía de 13 años de un finalista de su país en un 'Grand Slam' (Andy Roddick en Wimbledon 2009). El murciano acabó con 59 ganadores, algunos de ellos de un impresionante nivel, y 37 errores no forzados, la gran mayoría en el primer set, y luchará por un 'grande' que se le escapó a su técnico Juan Carlos Ferrero en 2003.
Ya desde el inicio Tiafoe demostró que su presencia en las semifinales no era fruto de la casualidad. Aceptó el reto de jugar al ritmo alto que le propuso el murciano y aguantó bien sus embestidas y su servicio, sobre todo cuando conectaba el primero. Apenas perdió puntos así, pero Alcaraz tampoco, sólo dos, en una manga con pocas opciones al resto.
De hecho, sólo hubo tres, dos en el séptimo juego gracias a un 15-40 para el tercer cabeza de serie, al que le faltó algo más de temple para haberlas sacado partido, y una, pero además bola de set, para el estadounidense, pero que salvó el español para alcanzar finalmente una 'muerte súbita' donde estuvo demasiado errático. Su tercera doble y decimosexto error no forzado entregó el parcial a Tiafoe.
Los 16 golpes ganadores de Alcaraz no tenían demasiado premio en el marcador por culpa de sus fallos, pero supo corregirlo en el segundo set, sin bajar el ritmo de juego y con el americano sin dejar demasiados resquicios en un duelo donde empezaron a aparecer puntos de un excelso nivel que terminaron por 'calentar' a la abarrotada Arthur Ashe.
El de El Palmar tuvo que salvar una peligrosa bola de rotura al inicio y finalmente encontró el premio a su insistencia y agresividad en el sexto para quebrar el servicio de su rival y ponerse por delante por primera vez. Con cierto sufrimiento, con malas decisiones para desperdiciar dos pelotas de set con 5-2 y apuros en sus dos últimos saques, Alcaraz recibió un chute de energía con el segundo parcial.
En cambio, al vigesimosegundo cabeza de serie no le sentó nada bien la pérdida del set y entró en un 'agujero negro' tenístico. El murciano se creció, levantó un 'muro' desde el fondo de la pista y su rival fue incapaz de encontrar sus golpes (12 errores no forzados) para ceder la manga por 6-1, con sólo nueve puntos ganados (dos al resto) y verse por primera vez en todo este US Open al borde del abismo.
Era el momento de ver si el joven de 19 años era capaz de sostener la presión y no dar margen a un quinto set. A su favor estaba una aparente mayor frescura que la del estadounidense, pese a que este llegaba a la semifinal con más de dos horas y media menos de tenis en sus piernas y sin una paliza de más de cinco horas como la que había tenido el pupilo de Juan Carlos Ferrero en cuartos ante Sinner.
Alcaraz no quiso desaprovechar su momento y rompió pronto en un juego que parecía controlado por el americano. Entonces, con el apoyo de la Arthur Ashe, Tiafoe reaccionó a base de golpes ganadores y restos afilados y fue capaz de devolver esta rotura, y una segunda que le hizo el murciano para igualar el set (3-3). El español aguantó bien, desperdició una bola de partido por el camino con una, quizá, innecesaria dejada y sus riesgos en el 'tie-break' hizo creer al estadounidense.
La del americano y del público también levantaron el 'break' en el primer juego que logró el tercer cabeza de serie, pero este también demostró que su cabeza funciona y respondió a continuación para recuperar una ventaja que fue oro. No tuvo que esperar a hacerlo con su servicio, firmó su pase a la final al resto, con golpes de genio para aumentar su sueño en Nueva York.