Rafa Nadal reaparecía en Wimbledon tras someterse a un tratamiento para su enfermedad crónica del pie. El tenista cuando está en la pista no da síntomas de su problema y nadie se acuerda de su cojera, pero el balear ha sorprendido con uno nuevo vendaje en el abdomen en su victoria contra Ricardas Berankis por 6-4, 6-4, 4-6 y 6-3.
El español no jugaba en hierva desde hace tres años y esto ha tenido unas consecuencias. Sus problemas del pie han derivado en otros. Aparecía con un vendaje en el lado derecho la zona abdominal.
Esto es debido a que justo en ese lugar se encuentran unos músculos que tienen la función de estabilización de la pelvis y del tronco. En una superficie como la de Wimbledon esto es imprescindible y más para él que no la domina. Los esfuerzos que tiene que hacer con los abdominales y las lumbares es mayor por lo que todas las precauciones son pocas para evitar una lesión.
Los desgarros en este tipo de zonas en los tenistas son muy habituales, tanto es así que tras el confinamiento y ante la falta de preparación se le pasó a denominar “Síndrome abdominal pandémico”. Para Rafa esta dolencia no es desconocida ya que en 2009 la padeció cuando disputaba el US Open. “Empezó con 6 milímetros o así, y cuando acabó el torneo (perdí en las semifinales con Del Potro) era de 26 milímetros. No fue una buena decisión, por supuesto”, afirmó entonces.
Se trata de un vendaje neuromuscular (o kinesio tape) y no es algo desconocido ya que la mayoría de los deportistas lo han llevado en diferentes partes del cuerpo. Son unas bandas de diferentes colores que se pegan a la piel y que sirve para recuperarse de las lesiones.
Entre sus principales funciones, además de la ya citada, se emplea para recuperarse de contracturas, rebajar inflamación o dolor de la zona o alinear las articulaciones. Con ella se evita la inmovilización como sucede con los vendajes tradicionales por lo que no estarían limitando los movimientos del deportista.