Philip Mulryne decidió cambiar, hace ya muchos años, el césped por la iglesia. A pesar de su intención de llevar una vida alejado de la fama y con la mayor discreción posible, el exfutbolista de la Premier, que estuvo 13 años en activo, sabe que su historia suscita mucho interés entre los amantes del fútbol.
Nacido en Belfats, en 1978, Mulryne disputó un total de 161 partidos vistiendo el escudo del Manchester United en su camiseta, además de otros tantos en el Norwich. Compartió vestuario con estrellas de la talla de David Beckham, ganó una suma considerable de dinero, y a pesar de eso, llegó el día que decidió inclinar su camino hacía una vida más austera.
“En muchos sentidos, mi vida como dominico es similar a mi vida como futbolista. Por ejemplo, vivo en comunidad con otros hombres que persiguen un objetivo similar, aunque la meta es diferente. En el fútbol se trata de la búsqueda de trofeos, mientras que un dominico busca a Dios y comparte su amor con los demás”, confesó en una entrevista para Primera Plana.
Al Padre Philip, como le llaman en la actualidad, le gusta recordar su etapa como futbolista, de la que confiesa, aprendió muchos valores. “Tengo un superior que de alguna manera es como un entrenador, y la vida como religioso es regular y disciplinada. En un nivel práctico, físicamente mi vida es diferente. Ya no entreno tan intensamente todos los días y no puedo disfrutar de cosas materiales como coches, vacaciones... Mi vida ha cambiado pero también puedo aportar muchos de los valores que aprendí como futbolista y usarlos en mi sacerdocio", declaró.
Tras ganar sumas millonarias durante sus muchos años como futbolista profesional, el mediocentro ha adoptado el voto de pobreza para su vida como sacerdote. “He experimentado el voto de pobreza como un regalo. No es que dejemos las cosas y el dinero porque sean malas, sino que aprendemos a depender de Dios y de nuestros hermanos en comunidad. El voto de pobreza me ayuda a centrarme en las cosas esenciales de la vida. De esta forma, tener menos en el sentido mundano puede experimentarse como liberador. La acumulación de riqueza por sí misma puede llevar a la inquietud”, dice.
Las grandes cantidades de dinero que mueve el deporte rey en Inglaterra o el culto a los futbolistas son aspecto que Philip critica. “El fútbol se ha vuelto muy comercial y ha creado un culto a la celebridad alrededor de los jugadores. El fútbol en sí puede convertirse en una religión que puede llevarse al extremo. Creo que un jugador que tiene fe puede estar más equilibrado y no caer tan fácilmente en la ilusión de pensar que es mejor que el resto de las personas”, sentenció el Padre.