La luchadora estadounidense Kayla Harrison derrotó a su rival Courtney King en una pelea que ha dado la vuelta al mundo por la brutalidad de las imágenes que dejó. Karrison ganó el combate por un devastador KO pero antes se encargó de destrozar la cara de su contrincante, que acabó ensangrentada. Pese a dureza de la secuencia, el árbitro de la contienda decidió que no había motivos suficiente para parar la lucha.
El brutal combate tuvo lugar el pasado viernes en el evento Invicta FC 43 de la MMA. Harrison, que debutaba en la categoría de peso pluma, solo tardó un asalto en provocarle un gran corte en la nariz a su rival tras un codazo, lo que hizo que Courtney King no parara ya de sangrar en todo el combate, tiñendo prácticamente de rojo la totalidad de la lona. Debido al resto de golpes, la herida acabó por abrirse, con lo que la luchadora supuraba cada vez más sangre.
El árbitro decretó su victoria por nocaut técnico sin necesidad de que la campana llegase a sonar. La luchadora estadounidenses parecía impresionada por cómo había acabado todo y las imágenes crearon un gran impacto entre los seguidores del combate en las redes sociales. En declaraciones tras el combate, Harrison admitió que se quedó impresionada de que el árbitro no decidiera haber cancelado la pelea antes.
Pero sin duda el momento más impactante de la rueda de prensa llegó cuando la luchadora norteamericana admitió que había llegado a probar la sangre de su rival en uno de los forcejeos: "Me lamí los labios y pensé "Oh Dios, acabo de probar la sangre".
Hay dos Kaylas. Está la Kayla que dice "esto es bárbaro. Dios mío, no quiero golpearla más. No quiero hacer esto". Y está la parte que dice, "no, este es mi trabajo. Esto es lo que estaba destinado a hacer: golpearla más fuerte", confesó Kayla Harrison en declaraciones al diario británico 'The Sun'.
La norteamericana llega a hablar incluso de un instinto asesino en cuanto pisa la jaula: "Es interesante cuando estás en la jaula. El instinto asesino tiene que salir a la luz. Pero, definitivamente, ese era el siguiente nivel para mí".