El verano es la época del año en la que más se deporte se practica: a las buenas temperaturas típicas de esa época del año se une el hecho de que las vacaciones o los horarios continuados de muchos trabajadores permiten disponer de más tiempo para el ocio. Pero, aunque las temperaturas bajan a partir de septiembre y ya no siempre nos sobra tiempo para dedicarlo al ocio, lo cierto es que siempre hay deportes que se pueden practicar en invierno.
El más clásico de todos es, por supuesto, el esquí. Las estaciones de España y Andorra suelen abrir sus puertas a finales de noviembre o principios de diciembre y, a partir de ese momento, la temporada se alarga hasta el mes de marzo o abril, aunque algunos años se ha dado el caso de que en pleno mes de mayo aún quedaban pistas abiertas en algunos destinos.
Hay muchos tipos de esquí. El esquí alpino es el más tradicional y conocido, pero también hay amantes del esquí de fondo y cada vez son más los esquiadores que practican otras disciplinas como el snowboard, el freeride o el freestyle. La nieve permite el contacto directo con la naturaleza y es la excusa perfecta para disfrutar de la montaña y del deporte en invierno.
El running es uno de esos deportes que puede practicarse durante todo el año, pero que tiene millones de seguidores en todo el mundo que no renuncian a él cuando bajan las temperaturas. Correr es un deporte que se puede hacer indoor, en una máquina de gimnasio o casa, pero también en el exterior, lo que permite conocer multitud de rincones del lugar en el que vivimos y en los que, de otra manera, quizás no habríamos reparado.
Además, el running tiene multitud de beneficios para el organismo: ayuda a luchar contra el estrés, la ansiedad y la depresión, está recomendado para adelgazar y perder peso, reduce las posibilidades de contraer determinadas enfermedades, mejora el sistema respiratorio y cardiovascular y fortalece tanto el sistema inmunológico como los huesos del cuerpo. Un magnífico deporte de invierno… y de cualquier época del año.
El senderismo y el trekking son otros deportes fantásticos para practicar en invierno. Ambas son actividades que permiten disfrutar de los paisajes y de la naturaleza en todo su esplendor. Para el senderismo no es necesario tener una gran preparación física y, de hecho, hay rutas que se adaptan a todos los niveles. Mientras, el trekking exige más esfuerzo físico a las personas ya que no hay senderos o caminos que seguir y las rutas por montañas y cañones son más agrestes y salvajes.
El alpinismo es otro deporte en el que la montaña es protagonista. A pesar de las bajas temperaturas, son muchos los que no pueden resistirse a hacerse con cuerdas, clavijas y mosquetones para tratar de escalar en roca, en hielo o en terrenos mixtos. El invierno es un gran momento para practicar este deporte.
El patinaje es un deporte en el que se mezcla el ejercicio con la plasticidad. Al aire libre se puede practicar el patinaje sobre ruedas, mientras que el patinaje artístico se reserva para las pistas de hielo. Esas pistas se comparten con el hockey hielo, el deporte rey de los Juegos Olímpicos de Invierno y que también se practica en los meses más fríos del año, aunque en este caso se puede alargar al resto del año al ser un deporte indoor.
Terminamos este repaso por los mejores deportes para practicar en invierno por una modalidad relativamente novedosa: el airboarding. Se trata de un deporte inventado en Suiza y que consiste en utilizar colchones rellenos de aire para descender por pendientes nevadas. En España aún no está muy instaurado, pero en algunas estaciones de los Alpes es cada vez más común: solo hay que conseguir la tabla hinchable y ponerse todas las protecciones posibles como casco, rodilleras y coderas. Después, ya solo queda disfrutar a tope de la nieve.
El invierno es un gran momento para hacer deporte. A falta de temperaturas más altas, esta época del año es muy interesante para entrar en calor de la mejor manera posible: haciendo ejercicio y llevando una vida sana y saludable. Los deportes de invierno quizás necesitan de un pequeño empujón para animarse a practicarlos, pero después conseguirán sacarnos de casa para entrar en contacto con la naturaleza y disfrutar de apasionantes momentos en solitario, en pareja, en familia o con tu pandilla de amigos.