Los pies de gato son los zapatos o zapatillas que se utilizan para la escalada. Se trata de unas zapatillas muy ligeras que ayudan a adherirse a la roca y que son muy flexibles. Se deben ajustar perfectamente al pie de cada persona, por lo que es muy importante probar muchos modelos antes de decantarse por los pies de gatos perfectos.
El principal objetivo es que apoyen tu pie, que permitan mucha sensibilidad y que se peguen a las superficies sin resbalarse, pero no se debe olvidar que la elección de unos pies de gato no siempre es una tarea sencilla, pues has de encontrar un equilibrio entre el máximo ajuste y sensibilidad y una cierta comodidad para que tus pies no sufran.
Antes de nada, es importante conocer los tipos de pies de gato que existen para que te hagas una idea de cuál puede ser el más adecuado en función de tu nivel de escalada o el uso que les vas a dar.
Pies de gato rígidos o duros. Te van a permitir asentarte sobre presas y regletas muy pequeñas mientras el pie está en horizontal y tú trabajando en la vertical. Esta dureza va a permitirte no forzar mucho los gemelos. Son usados principalmente en la escalada en placa que da mucha importancia al juego del pie, aunque tienen como desventaja cierta pérdida de sensibilidad.
Pies de gato blandos. La sensibilidad es su gran virtud, por lo que son los más usados y adecuados si se practica el boulder o la escalada deportiva. Son ideales para situaciones en las que no es necesario descansar el peso del cuerpo sobre las extremidades inferiores y estas se comportan como si de una mano o "garra" se tratara.
Pies de gato simétricos. Cuentan con una horma parecida a la de unas zapatillas convencionales, destacan por su comodidad y están pensados para escaladores novatos. En su contra hay que destacar que no te van a dar una sujeción extrema en las regletas o presas pequeñas.
Pies de gato simétricos. De formas sinuosas, dirigen el punto de apoyo hacia tu dedo gordo. Son especialmente útiles para asirse a la más mínima grieta en los grados superiores, por lo que son especialmente indicados para la escalada deportiva.
Pies de gato de suela curva. Son bastante incómodos y son usados en la escalada en bloque para obtener la máxima tracción sobre grietas pequeñas teniendo el pie en vertical.
Pies de gato de suela plana. Son los más más usados y su curvatura es mínima como la del calzado convencional.
Pies de gato con cierre con velcro. La mayor ventaja es que vas a poder quitártelos de una manera rápida, algo que incrementa su comodidad y que es de agradecer si necesitas que tus pies descansen en paradas.
Pies de gato con cierre con cordón. Este tipo de zapatillas da un ajuste mucho más perfecto que las de velcro y también puede ser de mayor utilidad si cuentas con un pie que por forma o volumen se sale de lo convencional
Pies de gato de piel. La mayor parte de las modalidades de escalada usan los pies de gato sin calcetines, por lo que el tacto suave de la piel es preferido por los escaladores. No obstante, la piel tiende más a ceder, lo que puede variar el ajuste, aunque como lo hace en la misma medida que tu pie puede ir hinchándose, no suele suponer un problema.
Pies de gato sintéticos. No ceden tanto, aunque la transpiración es mejor en los pies de gato de piel, algo que debes tener en cuenta si sudas mucho.
Pies de gato tipo bailarinas. Los preferidos para el rocódromo y la escalada en pequeñas paredes, ya que aúnan ciertas características de los pies de gato con cierre de velcro y cordones.
En general, debes adquirir unos pies de gato que se ajusten bien, pero no demasiado fuerte de manera que pueda resultar doloroso. Si puedes, pruébate los zapatos en persona y utiliza las instalaciones de escalada de la tienda, si las tiene, para probar algunos movimientos y ver si puedes mantener el equilibrio con una sujeción muy pequeña.
Para escaladores principiantes, lo mejor es un ajuste cómodo, que no cause dolor o puntos calientes. Los escaladores más avanzados, normalmente, querrán un ajuste más preciso y eficaz.
Pruébate los pies de gato al final del día, cuando tus pies estén ligeramente más grandes. Examina muchas zapatillas diferentes: el mejor pie de gato es el que se ajusta perfectamente a ti, así que tómate tu tiempo y pruébate varios pares.
Los pies de gato no deben contar con espacios vacíos o muertos que reduzcan la sensibilidad. Los huecos alrededor del talón o debajo del arco pueden hacer que el zapato se deslice y se resbale cuando se enganche el talón o los dedos en una grieta. Presta atención a la parte posterior del talón. Ponte de pie para asegurarte de que la zapatilla no presiona dolorosamente el tendón de Aquiles.
Finalmente, ten cuidado con los zapatos de escalada que son demasiado cortos, por lo que es importante elegir bien la talla. La parte superior del pie de gato puede estirarse, pero no se hacen más largos.
En resumen, si vas a empezar desde cero, prima la comodidad y poco a poco, cuando vayas adquiriendo mayor técnica y seguridad, tú mismo irás viendo lo que necesitas y adaptándote a escaladas más exigentes. Ahora que ya sabes cómo elegir los pies de gato, elige el mejor lugar para estrenarlos practicando tu deporte favorito.