El golf está en plena guerra. La PGA y el nuevo LIV Golf se disputan los grandes golfistas. El circuito estadounidense ha sido intratable con la nueva competición y ha anunciado sanciones para los que participen en la liga saudí. Han ido más allá y aumentará sus premios para atraer a los competidores, según informó el comisionado Jay Monahan en una rueda de prensa en Cromwell (Connecticut, EE.UU.).
Monahan fue tajante a la hora de comentar la competencia del LIV Golf, la nueva millonaria liga apoyada por el Gobierno saudí que se ha hecho en las últimas semanas con estrellas como el español Sergio García o el estadounidense Dustin Johnson, al definirla como una "amenaza irracional" que está intentando "comprar el golf".
En medio de esta tormenta, la PGA anunció cambios en los premios de eventos como 'The Players Championship'. En particular, los premios pasarán de los 20 millones de dólares repartidos en 2022 a los 25 millones en juego en la edición de 2023 de 'The Players'.
También destaca el aumento de los premios del 'Genesis Invitational', 'Arnold Palmer Invitational', 'WGC' y el 'Memorial Tournament', que pasarán de doce a 20 millones de dólares.
Además, el 'BMW Championship' pasará de quince a veinte millones en premios y el 'Sentry Tournament of Champions' alcanzará los 15 millones, tras los 8.2 repartidos este año.
Este aumento de premios se produce en un momento de tensión en el golf internacional, después de que varias estrellas del PGA Tour decidieran pasar al LIV Golf.
Con unos importantes alicientes económicos y premios para sus jugadores, el LIV aspira a organizar un circuito que rivalice en calidad y prestigio con el Tour con base en EE.UU.
"Quiero ser claro, no soy ingenuo, si esta es una guerra y la única arma son los dólares, el PGA tour, una institución americana, no puede competir con una monarquía que gasta millones en el intento de comprar el golf", dijo Monahan en rueda de prensa.
"Una competición sana es bienvenida. El LIV Golf no es eso. Es una amenaza irracional, que no está interesada en los ingresos de una inversión o en el real crecimiento del juego", agregó.
Consideró además que "cuando alguien intenta comprar el deporte, romper las instituciones que invirtieron desde siempre en su crecimiento, y se enfoca únicamente en prioridades individuales", se pierde la esencia del golf y opinó que los jugadores pueden convertirse en "empleados" que el LIV aprovecha para "conseguir sus propios objetivos".