La locura en Argentina para celebrar el Mundial conseguido en Qatar sobrepasó los límites. Muchos aficionados pusieron en riesgo su vida para intentar estar más cerca de los jugadores. Las calles por donde iba la ruta del autobús estaban abarrotadas y aprovechaban el paso por los puentes para tirarse e intentar caer dentro de la rúa.
Uno de los que lo intentó consiguió y calló dentro, pero el siguiente calculó mal y acabó cayendo al vacío. A pesar de las lesiones que se ocasionó no impidió que siguiera festejando e incluso estando en la camilla y llevado por los sanitarios seguía con la mano arriba y cantando.
Más de cuatro millones de aficionados se concentraron en distintos puntos del recorrido que, inicialmente, iba a transitar la 'Scaloneta' en su celebración del título logrado el pasado domingo en la final del Mundial de Qatar 2022 contra Francia, el tercero de la historia para Argentina después de los de 1978 y 1986.
Con el arribo de los jugadores al Aeropuerto Internacional de Ezeiza en la madrugada, miles de fanáticos salieron a las calles y comenzaron a reunirse frente al tradicional Obelisco, aun cuando faltaban muchas horas para que el autobús pasara por ahí.
Pero esto nunca sucedió. Es que, tras salir del predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el vehículo descapotable que trasladaba al equipo de Lionel Scaloni comenzó a avanzar a un ritmo muy lento y llegó a recorrer apenas 13 kilómetros en unas tres horas.
En ese momento, las especulaciones sobre el recorrido de la 'Scaloneta' eran muchas y las principales dudas eran si finalmente llegaba al Obelisco, si iba a la Casa Rosada o si optaba por otra de las muchas opciones posibles.
Acudir a un sitio distinto al que se convirtió en el epicentro de las celebraciones fue la primera idea y eso hizo que decenas de miles de personas se movieran del lugar en el que estaban a toda velocidad.
En el medio de ese camino no faltó el color. Con camisetas, banderas, gorros, caras pintadas y espuma la gente pintó de celeste y blanco la Avenida 9 de Julio.
Y, aunque muchos de ellos ya tenían reservado su lugar, igual optaron por moverse con la ilusión de ver a Leo Messi y compañía en un día que fue decretado como feriado nacional.
Pero eso no pudo ser porque cerca de las 16.00 hora local (19.00 GMT) -tres horas y media después del comienzo- la caravana fue suspendida y los ídolos de los hinchas abandonaron el autobús para subirse a varios helicópteros que se movieron para recogerlos.