Marc Márquez fue operado del húmero por cuarta vez en junio. Todo parecía indicar que el piloto se volvería a subir a la moto ya en 2023, pero su recuperación avanza con rapidez y podría pilotar mucho antes de lo esperado.
El ocho veces campeón del mucho ya se ha librado del cabestrillo y el Repsol Honda esperan que pueda estar, no en el próximo Gran Premio de San Marino, sino al menos en los tests que se disputan después de éste, que tendrán lugar los días 6 y 7 de septiembre.
"Sería un problema que no estuviera para el test de Misano. Se han ido cumpliendo los términos y el médico nos dijo que el 25 de agosto le harían un TAC: 'Si el hueso está bien, espabila'", ha explicado Alberto Puig, director del Repsol Honda.
"A ver, creo que para la carrera no estará, pero si puede estar para el test, y aunque no sea para hacer 100 vueltas al día, pero que pueda hacer cuatro salidas para decir: 'Oye, que sí; que no o que parece que tal'. Pues es muy importante. Si no está en el test de Misano, uff, será más de lo mismo", ha insistido Puig.
Lo cierto es que Márquez es una pieza clave del engranaje de Repsol Honda y en la escudería lo saben. Sin su experiencia en el test de Misano, el director del equipo asegura que sería como “ir a ciegas”.
"Llevamos mucho sin tenerle en los test y será complicado. En el de Valencia se hace lo que se dice desde Misano. Si no está iremos como hasta ahora, a ciegas. No es que los otros pilotos no entiendan la moto, pero el que realmente la entiende es el que ha ganado más veces con esa moto. Si él no está, no es una excusa, pero nos dificulta la labor", ha añadido Puig para cerrar.