Marc Márquez ha explicado por qué era necesario llevar a cabo la operación en el húmero a la que se sometió a principios de junio. Desde hacía casi un año, el piloto de Cervera ya contemplaba la idea, pues asegura que, si hubiera aguantado al mismo ritmo con los dolores que estaba sufriendo, se habría tenido que retirar en cuestión do uno o dos años.
"Esta operación me dio esperanza. Porque de la manera en la que estaba pilotando y compitiendo, no me veía mucho tiempo más encima de la moto, quizá uno o dos años más. Tras la intervención en Rochester se abre la esperanza de que se pueda seguir compitiendo sin dolor y divirtiéndome encima de la moto", declaró en una entrada en el blog de Box Repsol.
Sobre su nueva operación del húmero derecho, el de Cervera explicó que era una idea que rondaba la cabeza de todos "desde septiembre del año pasado". "Íbamos controlando el brazo periódicamente, para ver la evolución de la fractura tras la tercera cirugía. Al llegar la pretemporada, me quise autoconvencer de que podía conseguirlo, pensando en la frase de 'el poder está en la mente' como lema. Pero a medida que empezó el Mundial, me di cuenta de que las limitaciones eran muy grandes", manifestó.
"Mi idea era competir toda la temporada -ya que el hueso no estaba consolidado al cien por cien de la tercera operación-, pero sabiendo de mis limitaciones y ocultando el malestar, para evitar las preguntas diarias. Solo sabía de la situación mi entorno más cercano", añadió.
Tras operarse en Estados Unidos, el postoperatorio "fue muy rápido". "Enseguida me dieron el alta, me autorizaron para volar y volver a casa. El preparatorio, en cambio, estaba muy planificado y se hizo todo con mucha antelación", dijo. "Antes de la operación estaba muy animado, pero las horas después estuve peor, por la anestesia y porque había dolor. Lo pasé mal dos o tres días, pero como no era la primera vez que me operaban el brazo y ya sabía qué sensación habría, era consciente de que ese dolor era normal y que luego se iría calmando", continuó.
Ahora ya no tiene "dolor". "Sigo con el brazo inmovilizado, haciendo ejercicios ligeros de movilidad pasiva. Anímicamente me siento motivado, porque las sensaciones son buenas, e ilusionado de comenzar la recuperación en cuanto los médicos me lo indiquen, para saber si el brazo funciona como debe funcionar", explicó, asegurando que en la semana seis desde la operación deberán hacerle una radiografía que determinará el siguiente paso en la recuperación.
"De momento, aunque parezca que tenga mucho tiempo libre, me planifico bien cada día. Me levanto temprano y voy a pasear una hora y media. Luego intento estar entretenido con llamadas con el equipo, con la familia o haciendo cosas por casa. Por la tarde he comenzado a trabajar suavemente el tren inferior y un poquito el brazo izquierdo", relató.
El octocampeón del mundo afirmó también que "la pasión y la ilusión" son "la motivación" para seguir. "También me empuja pensar en el objetivo, que es pasarlo bien y competir a un buen nivel, sin sufrir ni tener dolor", señaló.
"Tengo que decir que en este camino hacia la recuperación no estoy solo. Me he apoyado y he hablado mucho con pilotos como Àlex Crivillé -que pasó por algo similar-, Alberto Puig -que es con el que más contacto tengo, porque además es el Team Manager del equipo Repsol Honda- y también Mick Doohan -porque tuvo varias lesiones serias-. Son los que me han aconsejado más y les agradezco su apoyo", desveló.
En este sentido, también tiene "un referente llamado Rafa Nadal". "Incluso cuando le daban por retirado ha sido capaz de superar el dolor y volver a ganar. Precisamente con él coincidí cuando jugaron el Masters 1000 de Madrid. Sé todo lo que ha sufrido y por ello es un referente para mí, porque aunque no esté al máximo, es capaz de ganar torneos como Roland Garros. Recuerdo que una rueda de prensa admitió que el dolor le cambiaba el humor y lo entiendo", concluyó.