Ya está todo listo para que se dispute el primer Gran Premio de Miami. El circuito, que bordea el Hard Rock Stadium y tiene hasta un puerto artificial, y la ciudad dan la bienvenida al espectáculo sobre ruedas al más puro estilo americano. Ningún piloto ha querido ser menos en el estreno de este premio y la creatividad se ha plasmado sobre los casos únicos para la carrera.
Miami, una ciudad de clase y excentricidad que por fin tendrá su Gran Premio. Y los pilotos y escuderías no iban a quedarse atrás. Para conmemorar el estreno del premio en el calendario, los pilotos estrenarán cascos con motivos no sólo de la ciudad sino de Estados Unidos en general.
El casco de Lando Norris es uno de los que más ha maravillado en las redes sociales. Parece una pelota de baloncesto y han recreado hasta la textura de la misma. Con una tipografía propia de los Looney Toons y un color naranja perfecto para McLaren, Lando lucirá este casco el mismo viernes en las sesiones de entrenamiento.
Max Verstappen ha optado por añadir colores azules y rosas, los predominantes en este circuito y todo lo que le envuelve, y las características palmeras como símbolo de Miami. Fernando Alonso también ha seguido esta línea: colores azules, rosa y azul marino con palmeras, una estética que concuerda con los colores de Alpine.
En el caso de Daniel Ricciardo, el piloto ha apostado por los neones como otro símbolo no sólo de la ciudad en la que correrán sino del país americano. Sus colores son morados, lilas y naranjas y tampoco faltan las palmeras.
El casco del piloto chino Zhou es el más colorido: rosas, azules, amarillos, naranjas y morados. También ha hecho referencia a la NBA en su protección, añadiendo a Bugs Bunny y una pelota de baloncesto en uno de sus laterales.
El Gran Premio de Miami llega como novedad al calendario de la Fórmula 1. La carrera, que tendrá lugar el domingo a las 21:30 hora española, se postula como uno de los grandes nuevos espectáculos que ofrecerá la F1. Es el primer circuito que se correrá en Estados Unidos, y al que se le añadirá el Gran Premio de Las Vegas el año que viene.
Todo preparado al más puro “show americano”, lleno de excentricidades como el puerto sin agua que han creado en una de las curvas del circuito, los cascos especiales y mil detalles en las inmediaciones del asfalto. La entrada más barata ronda los 600 dólares y la más cara al rededor de los 2.000 dólares. Se prevé que la ciudad genere unos ingresos de 400 millones de dólares durante el fin de semana.