Hacer un buen mantenimiento a tu coche no es ninguna tontería, además de para que te dure más y funcione de la forma correcta, harás que el riesgo de accidente se reduzca. Las revisiones son muy importantes y hay estudios que apuntan a que el 70% de los conductores alarga los períodos de revisión del coche, esto es una cifra muy elevada y que debería reducir en aras de que cuando salgas a la carretera vayas con las máximas garantías posibles.
Una de las cosas más importantes a la que deberás prestar atención será a los frenos. Es el principal sistema de seguridad que tiene un coche y que por tanto deberás cuidar. Este mecanismo está compuesto por dos partes. Por un lado, está el sistema hidráulico, compuesta a su vez por pedal, bomba, circuito, pinzas/bombines; y el mecánico que se forma con los discos y pastillas, zapatas y tambores.
Ante todo, debes prestar atención al coche y cualquier cambio o sensación que tengas puede llegar a ser importante. Hay algunas reacciones generales que puede presentar tu coche en caso de que los frenos no vayan del todo bien y son las siguientes.
Si habitualmente coges el coche es más complicado notar los diferentes cambios que este experimente, pero llegará un punto que el pedal esté extremadamente esponjoso. Esto puede ser debido a que el líquido de los frenos esté deteriorado, fugas en el circuito de frenos, aire en el mismo circuito o un defecto en la bomba de freno o bombines.
Sobre todo, el primer elemento es esencial que esté en buen estado ya que es el líquido el que se encarga de transmitir la presión. Los fabricantes suelen recomendar que este se cambia cada 2 o 4 años. Es algo que se desconoce por muchos, pero que es esencial para mantener y preservar nuestra seguridad.
Otro síntoma que puede indicarnos que algo no va bien son las vibraciones derivadas en algunos casos por la deformación de los discos de freno o a unas pastillas con desgaste irregular. Aunque esto también puede deberse a un mal estado de los neumáticos o un mal alineamiento de la dirección, entre otras cosas.
En el caso de los discos de frenos, el desgaste de los mismo depende en mucha medida de la forma de conducir del que lleva el coche y del mantenimiento que se le dé al mismo. Si sabes que están gastados y aun así sigues conduciendo esto puede derivar en una avería peor, por lo que en cuento sepas que estos están en mal estado lo deberás cambiar.
También hay que señalar que ya la mayoría de los coches tienen un indicador en el cuadro de luces en el que se pintará para avisarte del desgaste de las pastillas. En caso de que no sea tan moderno y no lo lleve, en muchas ocasiones se produce un ruido metálico cuando estos se accionan. Esto puede deberse a dos posibilidades, una al desgaste y otra a la cristalizamiento debido a un sobrecalentamiento. Para ambos casos la solución es cambiarlos.
Si ves que cada vez necesitas más distancia para que el coche ejecute la orden de frenar es un claro aviso de que algo no va bien y además esto puede resultar un gran riesgo ya que el coche no responde como debería y en circunstancias complicadas puede complicarte e incluso enfrentarte a un derrape inesperado.
Al peso habitual de un vehículo hay que sumarle la velocidad por lo que detener el coche accionando con tu fuerza un simple pedal es algo que solo se puede hacer gracias al sistema de servoasistencia.
Esto lo que hace es multiplicar la fuerza que nosotros ejercemos para que el coche se detenga, de ahí a que una avería de este tipo pueda costarnos muy cara y que por tanto deberemos estar muy pendiente y al menor síntoma de que este no va bien llevarlo al taller. Esto no quiere decir que si tu coche tiene el pedal de freno duro tenga un problema, hay algunos que de serie vienen así, deberás preocuparte cuando veas que cambia.