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Fernando Alonso y su primer título con Renault: el año en el que un asturiano destronó a Michal Schumacher en la F1

  • Así fue la temporada en la que Fernando Alonso fue campeón del mundo de F1

Hace unos años, no demasiados, jamás pensamos ver a un piloto español siendo Campeón del Mundo de Fórmula 1. Pero todo cambió con la presencia de Fernando Alonso, uno de los deportistas españoles más importantes de la historia.

Ya habíamos visto retazos de que era un talento innato al volante. Nos hizo vibrar en el año 2003 consiguiendo su primera victoria en el inolvidable Gran Premio de Hungría, donde consiguió la pole y el primer puesto de manera más que solvente. Con 22 años, se convirtió en el piloto más joven en conseguir una victoria. También fue el más precoz en lograr una 'pole position' y un podio en Fórmula 1, con 21 años.

Fernando Alonso I, Coronado Rey del Viento

La temporada siguiente demostró que su talento no era flor de un día, y aunque en la temporada 2004 no consiguió ninguna victoria, sí se subió varias veces al cajón para convertirse en el cuarto mejor piloto de aquel año, a mandos del Renault. La antesala para lo que iba a llegar después.

2005 fue un año mágico, tanto para el piloto asturiano, como para todo un país, que cada fin de semana se juntaba delante de la pantalla para disfrutar de Fernando Alonso al volante, en un deporte que prácticamente nadie tenía en consideración hasta entonces. Consiguió que muchos espectadores vibraran con el mundo de la F1, quedando enamorados de dicho deporte y gran parte de ellos manteniendo esa pasión hasta el día de hoy.

Era marzo de 2005 cuando, en el GP de Malasia, llegó la segunda victoria de la carrera de Fernando Alonso. La temporada arrancaba de forma inmejorable. Tanto que también fue el primer piloto español incluso en liderar el Mundial de Pilotos.

Por si había quienes pensaran que eso fue casualidad, nada más lejos de la realidad. Fernando empezó la temporada fortísimo, con un Renault que prácticamente iba por encima de sus posibilidades. Tanto que también se apuntó las dos siguientes victorias en las siguientes carreras disputadas en el Gran Premio de Bahrein y en el Gran Premio de San Marino.

Llegó mayo y, con ello, el Gran Premio de España, donde el asturiano quería mantener su nivel ante su público. Lo hizo pero finalizó en segunda posición tras un problema con un neumático. Tampoco tuvo suerte en el icónico Gran Premio de Mónaco, uno de esos que encumbran a un piloto cuando gana. Ese año quedó cuarto debido a un accidente multitudinario que le hizo perder un tiempo valioso en boxes.

El Gran Premio de Europa, disputado en Nurburgring, nos dejó otra gesta de Alonso, quien comenzó la carrera en sexta posición, pero debido a su enorme talento en la parrilla de salida, escaló puestos desde el primer momento y consiguió llevarse una nueva victoria. En el Gran Premio de Canadá, llegó la cruz, al tener que retirarse debido al choque contra un muro.

La novena carrera de la temporada 2005 es una de las más recordadas de la historia de la F1… para mal. Era el Gran Premio de los Estados Unidos y solo lo acabaron disputando seis pilotos; aquellos con ruedas de Bridgestone. Los otros catorce, que portaban neumáticos Michelín, se retiraron por problemas de seguridad.

Las ruedas de dicha marca habían dado problemas serios y no se podía garantizar su buen funcionamiento durante la carrera. Los pilotos, preocupados por su seguridad, se retiraron, ya que en ese campeonato se había prohibido el cambio de neumáticos durante la carrera, y el circuito había sido repavimentado recientemente, lo que provocaría un mayor desgaste.

Tras el caos de los últimos GP, la felicidad volvió con dos nuevas victorias obtenidas en Francia y Alemania, y una segunda posición cosechada, entre medias, en Gran Bretaña. La parte negativa llegó después, en el Gran Premio de Hungría que tan buenos recuerdos le traía por haber obtenido ahí su primera victoria, pero se quedó fuera de los puntos tras terminar en undécima posición debido a un choque con Ralf Schumacher en la primera curva.

Alonso mantuvo su regularidad a la hora de conseguir puntos, obteniendo tres segundos puestos de forma consecutiva en Turquía, Italia y Bélgica. El título lo tenía en la palma de la mano.

La batalla épica entre Fernando Alonso y Michael Schumacher, que dejó uno de los mejores duelos de la historia. Unas últimas vueltas en las que el asturiano aguantó los embistes del alemán cuando tenía los neumáticos muy dañados. Imola dejó para las hemerotecas la pelea entre dos de los más grandes de la historia y a Schumacher no quedó más remedio que rendirse al español tras la carrera: "Lo intenté de todas las maneras".

Hecho que refrendaría el 25 de septiembre de 2005 en el GP de Brasil, en el que Alonso obtuvo el tercer puesto, pero le valía para convertirse en Campeón del Mundo de forma matemática, siendo el primer español en conseguirlo y, sobre todo, el piloto más joven de la historia en ser rey de la F1, con tan solo 24 años, superando el registro que ostentaba Emerson Fittipaldi.

Para el recuerdo, inolvidable, ese grito para celebrar que ya era Campeón del Mundo. Liberación, emoción y rabia contenidas que salían para siempre. Quedaban japón y China, pero ya daba igual. Fernando Alonso era Campeón del Mundo.

En un año en el que superó a pilotos de la talla de Michael Schumacher, Kimi Raikkonen, Juan Pablo Montoya o Jenson Button entre otros, culminó la temporada con su séptima victoria obtenida en el GP de China, con lo que también convertía a Renault en campeona de escuderías gracias a su R25.

Fernando Alonso había hecho historia. Pero su historia no iba a terminar ahí.