Siempre ha habido muchas dudas al respecto del salario de los futbolistas y su tributación a Hacienda; especialmente tras la polémica con los problemas fiscales de jugadores como Messi, Cristiano Ronaldo o Xabi Alonso.
La ficha de los futbolistas tributa en el IRPF como la de cualquier ciudadano español. Cada jugador debe aplicar el porcentaje correspondiente a su base imponible siguiendo las bases de la declaración de la renta.
Si nos limitamos a los futbolistas de la Liga Santander, podría decirse que todos alcanzarían el tramo máximo fiscal al superar los 60.000 euros de base imponible, lo que les obliga a tributar, al menos, el 45% de su salario.
Con estas medidas obligatorias, los futbolistas pagan prácticamente la mitad de su sueldo a las autoridades fiscales; por eso, muchos de ellos deciden elaborar planes para no perder tantos recursos; y lo hacen por medio de los derechos de imagen.
Los futbolistas profesionales pueden cobrar hasta el 15% de su nómina a través de una sociedad en concepto a derechos de imagen. Por eso, suelen ceder los derechos de explotación a una empresa, la cual suelen poner a su propiedad. Así, dicha sociedad gestionará los derechos, tributando por el impuesto de sociedades, siendo el futbolista quien tribute por esos ingresos en el IRPF.
En Europa no hay un criterio único para fijar el porcentaje que los futbolistas deben pagar de impuestos, en España la tasa se ubica en 45%, tanto para nacionales y extranjeros.
Hay una excepción, que son los futbolistas extranjeros. Ellos pueden acogerse a la Ley Beckham, modificada en el año 2012. Los jugadores foráneos que lleguen al país y no hayan vivido en él en los últimos diez años, pueden aplicar una reducción de tipo general del IRPF para dejarlo casi a la mitad, dejándolo en el 24%.
Un caso reciente que se habría aplicado a esta Ley Beckham es Arturo Vidal, el centrocampista del Barcelona.
Tiene un salario de 7.8 millones por temporada; se estaría quedando un porcentaje mayor de dinero, incluso cobrando menos que otros compañeros, ya que los primeros 600.000 euros de su salario tributan al 24% hasta que cumpla los primeros cinco años viviendo en España.
La conocida como Ley Beckham es un decreto de modificación de la Ley del Impuesto sobre la renga y que se integró en el decreto 439/2007. Beckham fue uno de los primeros jugadores en acogerse a la medida y, debido el nivel mediático del futbolista inglés, se rebautizó popularmente con su nombre.
La Ley Beckham permite a los extranjeros que se muden a España a trabajar el tributar como no residentes. Esto implica pagar impuestos al tipo general fijo del 19.5% tras el decreto 9/2015. Como hemos dicho, el tipo máximo en España es del 45%, tal y como marca el artículo 101, por lo que esta ley beneficia principalmente a las rentas muy altas.
Para cumplir con la Ley Beckham hay que cumplir una serie de requisitos, como no haber vivido en España durante los diez últimos años, que el motivo del desplazamiento sea laboral y que el trabajo se desarrolle en nombre de una entidad española.
Los beneficios de dicha medida se aplican sobre los primeros 600.000 euros y tan solo durante los primeros cinco años. A partir de esa cifra, el dinero restante sí se tributará al 45%.
Los futbolistas extranjeros están entre los mejor pagados de nuestro país. Messi gana 104 millones de euros brutos por temporada, de los cuáles 71 pertenecen a la ficha en bruto y el resto se divide en derechos de imagen o en primas. El astro argentino se queda con 50 millones netos, teniendo en cuenta lo que debe tributar para cumplir lo establecido.
Bale, por su parte, es el futbolista mejor pagado del Real Madrid, con 17 millones netos por temporada; teniendo en cuenta que debe tributar el 45% de su salario, aporta una cifra muy cercana a las arcas de la Hacienda española.