La Ciudad de Fútbol de Las Rozas se ha convertido en un polvorín en las últimas horas. La concentración de la selección femenina para los partidos de clasificación para el Mundial de 2023 se ha convertido en el momento elegido por parte de las jugadoras para dar el paso adelante de forzar la salida de Jorge Vilda.
Tras caer en cuartos de final de la pasada Eurocopa, las críticas contra el seleccionador se acrecentaron entre los aficionados, que culpaban a Vilda de no llegar más lejos. A pesar de que el combinado nacional sufrió las lesiones de Alexia Putellas y Jenni Hermoso en los últimos días de concentración, el sabor del resultado no fue ni mucho menos dulce aunque se entrara en las 8 mejores selecciones del torneo.
La reunión se celebró en la tarde de este lunes, después del entrenamiento, con las jugadoras presentes y con la conexión a través de videollamada de las que no están en la convocatoria. El objetivo es que el movimiento trascienda del grupo de la selección y se convierta en una misión apoyada por todo el fútbol femenino español.
Las jugadoras creen que Vilda no es la persona adecuada para dirigir a la mejor generación femenina de nuestro fútbol. Los rumores de una mala relación con el vestuario se han ido acrecentando durante los últimos años después que asumiera el cargo en 2015 tras la destitución de Ignacio Quereda por una denuncia de las jugadores por vejaciones. Una relación truncada que tiene ahora el nivel más alto de tensión.
Además de la mala relación, las jugadoras esgrimen un problema también de gestión del vestuario y nivel en la preparación. Creen que Vilda no ha sido capaz de llegar de la mejor posible a la gran cita del Europeo, forzando a jugadoras que volvían de lesiones y acumulación excesiva de minutos en partidos previos que exigían menor nivel.
Ya en la previa de la Eurocopa, los rumores del descontento de las jugadoras con la preparación del cuerpo técnico salió de los muros de Las Rozas. Poco entrenamiento táctico e insuficiente análisis de los rivales para poder adaptarse a las situaciones del juego que ahora las jugadoras aportan a los motivos de la solicitud de dimisión.
La postura de Jorge Vilda fue la de negarse en rotundo a marcharse y escudarse en el apoyo del presidente de la federación, Luis Rubiales. El seleccionador, a parte de su cargo, también es el director deportivo federativo para el fútbol femenino por lo que el propio Jorge Vilda es el responsable de la elección y destitución de los seleccionadores nacionales, incluido el puesto del propio Vilda.
Al seleccionador le quedan 2 años de contrato en el cargo, ya que Rubiales tomó la decisión de renovarle antes de la Eurocopa y siempre le ha mostrado su apoyo en público. Eso sí, este movimiento de las jugadoras puede cambiar la postura de la federación y tomar la decisión de la salida pactada (al menos, en el cargo de seleccionador) para calmar las aguas. Incluso, miembros del equipo de técnico de Jorge Vilda creen que la situación es insostenible y terminará saliendo.