Joan Laporta va a tener la última palabra sobre el fichaje del próximo entrenador. El elegido por el presidente del Barcelona es Xavi Hernández, pero su llegada tiene varios obstáculos que podrían complicar su aterrizaje en el banquillo culé: el finiquito de Koeman para salir del club, la relación con algunas personas de dentro de la estructura culé o la falta de consenso dentro de la Junta Directiva.
La negociación entre Laporta y Xavi Hernández no va a ser sencilla. El exjugador azulgrana va a poner varias condiciones como informamos en Deportes Cuatro, para sentarse en el banquillo, y también sabe que hay varios obstáculos que pueden complicar su llegada, aunque su figura es la que más convence a Laporta.
El presidente culé será el que tome la decisión final, pero no hay un consenso claro en la Junta que apueste por Xavi como el próximo entrenador del Barcelona. Laporta será el responsable de elegir al técnico que lidere un proyecto que tiene como primer objetivo renovar a Messi, y también fichar a MessiHaaland.
Pero Xavi Hernández tendría más ‘problemas’ para su llegada al Barcelona. El exjugador no tiene una buena relación con Ramón Planes, director deportivo culé y el que tendría que avalar su fichaje, tampoco tiene la mejor complicidad con los actuales servicios médicos del club, y no tiene el empujón que le dio Johan Cruyff a Laporta cuando decidió sentar a Guardiola en el banquillo.
Aún así el elegido para entrenar al Barcelona es Xavi Hernández, pero no lo será de cualquier manera y las negociaciones se podrían alargar. Además de por las condiciones de Xavi y las barreras, también puede ser importante el finiquito que tendría que cobrar Ronald Koeman si es despedido a final de temporada.
El técnico holandés cobraría un finiquito de ocho millones de euros, que sería un nuevo golpe a la crisis económica que atraviesa el Barcelona. Aún quedan semanas para que se vaya resolviendo el futuro culé a corto y medio plazo, pero las decisiones las tomará Laporta para iniciar un nuevo proyecto deportivo que pueda ilusionar a la afición.