El Real Madrid recibe este domingo al FC Barcelona en el primer Clásico en el Santiago Bernabéu desde 2020. Con la duda de si llegará o no Benzema, Vinicius tendrá que echarse el equipo a la espalda. En unos días donde la actualidad del conjunto blanco la ocupan Mbappé y Haaland, el brasileño quiere seguir demostrándole a Florentino Pérez que tiene hueco de titular en el club.
Más de dos años han pasado, desde el 1 de marzo de 2020, fecha en la que se jugó el último clásico en el Santiago Bernabéu. Aquel partido en el que nada se sabía de una pandemia mundial y en el que el brasileño Vinicius Junior marcó el primer gol (2-0 acabó) ante un Gerard Piqué que le dejaba espacio, muy lejos de tenerle ese “miedo” que Carlo Ancelotti asegura que le profesan ahora los rivales.
También estaba lejos el propio ‘Vini’ de ser el futbolista que deslumbra en la actualidad. Por entonces, las dudas respecto a su puntería y, por consiguiente, su valía para jugar en el Real Madrid rodeaban su figura; y ambas se ha encargado de despejarlas con contundencia esta temporada.
Hasta 17 goles y 14 asistencias en 38 partidos disputados este curso. En LaLiga Santander es el segundo jugador por el que más tantos pasan por sus botas con 23 -14 dianas y 9 pases de gol-. El primero es su gran pareja ofensiva, Karim Benzema (33), quien es duda hasta última hora para recibir al Barcelona por unas molestias en el gemelo de la pierna izquierda.
Si su ausencia se confirma, será Vinicius el que tenga que asumir galones en ataque para un partido que, a pesar de la amplia diferencia de 15 puntos en la clasificación y en encuentro más disputado por el Real Madrid, siempre es especial y en el que, además del mencionado gol, esta temporada ya marcó en el clásico de la semifinal de la Supercopa de España en la que inauguró el marcador.
A su lado, atento para ayudarle, volverá a estar un Piqué como en aquella noche de domingo prepandemia en la que tuvieron tiempo para encararse en la discusión sobre un posible penalti. Recientemente fue el central el que intentó enturbiar el ambiente sobre Vinicius al asegurar que este le llamó cuanto tenía “hecho” su fichaje con el Barça. El brasileño le contestó en el campo al señalar y besarse el escudo a la vez que hacía el gesto de “yo aquí” que puso de moda Cristiano Ronaldo.
Una pasión por el Real Madrid que nunca ha escondido y que, junto a su rendimiento, le hace ser ya uno de los grandes ídolos de la afición entre los jugadores de la actual plantilla. El inicio de una historia de amor que vuelve a tener ante si una ocasión de engrandecer.
Ya lo hizo en la remontada frente al París Saint-Germain. En la ida estuvo desaparecido y en la vuelta, a pesar de que fue Benzema el que marcó los tres goles, el brasileño recuperó esa verticalidad constante que dio aire a los suyos y que, según Ancelotti, asusta a los rivales.
‘Vini’ está también en el foco por las faltas que recibe. Su estilo de juego de aguantar el balón y encarar, junto a su gran arrancada hace que los defensas lleguen más tarde de lo habitual. En LaLiga Santander es el jugador que más amarillas provoca, con una cada 4.5 faltas que recibe, pero, aun así, la dureza con la que intentan pararle, cuando se repite, enfada al brasileño como ocurrió en Mallorca.
Ancelotti, sabio conocedor del fútbol tanto de entrenador como de jugador, sabe que tiene en sus manos un talento diferencial que ha explotado bajo su batuta y al que moldea cada día para que llegue y se asiente entre los mejores del mundo.