Los de Zidane se estrenan en Anoeta ante la Real Sociedad en la presente temporada. Domino del juego del Real Madrid ante los donostiarras que no se materializaban en ocasiones claras. Ni Benzema, ni Vinicíus a pesar de su buen partido, ni Rodrygo conseguirían anotar un gol que le diera la primera victoria a los blancos y el encuentro terminaba en empate (0-0).
La única novedad en las filas blancas y en el once es, precisamente, un jugador que el año anterior vistió la camiseta txuri-urdin, Ødegaard se perfila como la gran promesa y esperanza de los blancos y era titular en el primer partido de la temporada. De momento el francés ha optado por él por delante de Casemiro que ha sido una gran sorpresa que no estuviera de inicio.
El Real Madrid con su alineación planteaba un partido muy ofensivo para explotar la explosión de Rodrygo y Vinícius. El encuentro estaba abierto en los primeros instantes. Ida y vuelta en las dos áreas con más incidencia de los blancos que poco a poco se fueron haciendo con el control del balón, pero faltaba el último pase para generar la ocasión clara.
En el minuto 35 el VAR intervenía para revisar un remate de Sergio Ramos en el área rival después de un córner que finalmente no era.
La ocasión más clara era de Benzema pocos minutos después tras un error en la salida del balón de Remiro. Se resbalaba al lanzar y el balón se desviaba.
Courtois sería decisivo en el 42 al parar un remate Isak y desbarataba una ocasión muy clara para los txuri-urdin.
La segunda parte comenzaba de la misma manera, Vinícius siendo una pesadilla en banda izquierda, pero sin la claridad en los últimos metros. Sin embargo, la Real no se achantaría tanto como en el primer tiempo y también generaba sus ocasiones. El dominio blanco ya no era tan aplastante.
Benzema volvía a probar los reflejos de Remiro, pero de nuevo el portero respondía bien e impedía que se adelantaran en el marcador.
El noruego jugaba casi 70 minutos en los que dejó algún destello de su calidad, pero su actuación en general pasó muy desapercibida.
El Madrid volvía a tener el mismo problema que en la pasado temporada, control del juego que no se acompaña con claras ocasiones, le falta pólvora en ataque. Los cambios de Zidane retoban el ritmo que tenían los blancos en la primera parte, pero Remiro seguía tranquilo.
Las piernas flojeaban al final del partido y los dos equipos acusaban el cansancio típico al comienzo de la temporada. Pocos sobresaltos se darían en los últimos minutos del encuentro que terminaba con el empate (0-0).