Hablaron, hablan y hablarán. Leo Messi y Pep Guardiola mantienen contacto directo desde los últimos meses. El entrenador catalán está al corriente del malestar del argentino en Barcelona. Guardiola ha renovado su contrato el mismo día en el que vuelven las informaciones sobre una salida inminente de Messi rumbo al Manchester City.
El delantero no tiene aún la decisión tomada sobre su futuro, pero los últimos pasos que da le sitúan con un pie fuera ya de Barcelona. Messi quiere esperar al nuevo presidente culé, ver su proyecto y tomar una decisión. Pero el paso de las semanas está agrandando de nuevo su deseo de salir del conjunto blaugrana.
Messi quiere ganar y para ello necesita estar rodeado de un proyecto ambicioso. Es ahí donde de nuevo Guardiola tiene un papel fundamental. El entrenador ha contado al argentino cada detalle de sus ideas de futuro con el City en sus encuentros telefónicos.
El argentino no le ha ocultado que está cansado de España y de las continuas informaciones que le intentan desprestigiar. La rajada de un familiar de Griezmann o la visita de inspectores de Hacienda a su avión privado cuando regresaba de Argentina han vuelto a colmar su paciencia
Tan solo unos meses después de tener que quedarse a la fuerza, la idea de salir del Barcelona vuelve a coger protagonismo en su cabeza. Messi no ha renovado y el próximo 1 de enero ya puede negociar libre con cualquier club.
El Manchester City es consciente del delicadísimo estado económico del Barça y está dispuesto a ofrecer una cantidad económica por Leo en este mes de enero. El conjunto blaugrana, sin acuerdo con los jugadores para una rebaja salarial, necesita cerca de 200 millones a primeros de año para solventar las nóminas.
El hartazgo de Messi y el cariño que recibe cada vez que descuelga el teléfono para hablar con Guaridola le alejan cada vez más de Barcelona. Messi quiere un proyecto solvente y el Manchester City se lo da.