Las últimas horas en Can Barça está siendo de auténticos caos. Primero sale publicado que Messi solo contaría con una cláusula de rescisión hasta la temporada 2019/2020 y que por tanto le permitía salir a cualquier club sin que este abonara la cantidad de 700 millones de euros.
Después el jugador decide no presentarse a la convocatoria que tenía estipulada el FC Barcelona para realizar las pruebas PCR para al día siguiente entrenar.
En una nota informativa de prensa se ha pronuncia al respecto dejando claro de qué lado está. "El contrato se encuentra vigente y cuenta con una 'cláusula de rescisión' aplicando el supuesto de que Lionel Andés Messi decidiera instar la extinción unilateral anticipada del mismo efectuada conforme al artículo 16
del Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio, por el que se regula la relación laboral especial de los deportistas profesionales".
Además, añade que "en cumplimiento de la normativa aplicable, y siguiendo el proceder que corresponde en estos supuestos, LaLiga no efectuará el trámite de visado previo de baja federativa al jugador si no ha abonado previamente el importe de dicha cláusula".
Con esto deja fuera a que se produzca cualquier especulación. De no llegar a un acuerdo con el FC Barcelona, el conjunto que quiera a Messi deberá pagar los 700 kilos.
Cuando todo parece decantarse de un lado de la balanza, viene algo y lo cambia totalmente. Este comunicado se muestra rotundo y desecha totalmente la estrategia que podría seguir el astro argentino para salir.
Es momento de sentarse a dialogar. Jorge Messi se desplazará a Barcelona. Bartomeu está dispuesto a sentarse con él para hablar sobre el que posiblemente sea el culebrón de los últimos veranos. De entrada, los dos se presentarán con sus hojas de rutas en la que no están dispuestos a ceder ni un solo punto.
El padre de Messi intentará apaciguar las aguas. Su predisposición a que sea un encuentro amistoso en donde ambas partes salgan ganando está ahí. Su intención es comunicarle que su hijo quiere salir, ya no se encuentra bien en el club y los últimos fracasos le han acabado por hastiar. Tiene 33 años y quiere aprovechar los que le quedan como profesional aspirando a todos los títulos.
El Barça tiene la respuesta clara y contundente preparada. Tiene contrato hasta 2021 y quiere que lo termine y no solo eso quieren renovarle.