El habitual en Ronald Koeman esperar a sus jugadores tras el pitido final a pie de césped. Allí les saluda mientras se dirigen al vestuario. Tras el empate (1-1) del Barcelona ante el Cádiz esta secuencia no se repitió en el Camp Nou.
El holandés, muy mosqueado, se marchó el primero a la caseta con gesto muy serio. Segundos después de que el árbitro Martínez Munuera decretase el final, Koeman con paso firme abandonó el banquillo culé.
Ya durante los 90 minutos del partido se vio a un Koeman muy enojado. El entrenador no dejó de gesticular y corregir a los suyos ante un nuevo flojo encuentro que aleja aún más La Liga. Los gestos de desaprobación del entrenador ante el juego blaugrana fueron públicos y notorios.
Durante la rueda de prensa Koeman no escondió este mosqueo. El holandés aseguró que está "más decepcionado" que el pasado martes, cuando les ganó el Paris Saint-Germain (1-4) en la ida de los octavos de la Liga de Campeones, ya que era un partido que debían ganar "por calidad".
“Llevábamos una buena trayectoria en el campeonato, teníamos un partido en casa para recortar distancia a los de arriba, no hemos encontrado muchos problemas... Era un partido que el equipo tenía que ganar por su calidad, y no lo hemos hecho", declaró en rueda de prensa.
Sobre el título de La Liga, Koeman considera que "no" está "más complicado que antes". "Ni un equipo es imbatible ni va a ganar todos los partidos. Hay opciones todavía, pero dejamos escapar otra vez dos puntos importantes para poder hacer algo más", finalizó.