El Madrid-Sevilla no estuvo exento de polémica. 1-1 en el marcador y los hispalenses sacan un córner. Militao salta para despejar y de espaldas le golpea primer el balón en el hombro y luego en la mano. La jugada sigue, el equipo de Zidane monta la remontada y Benzema es derribado por Bono en el área cuando iba a rematar. Martínez Munuera lo tiene claro y pita el penalti del francés.
Antes de que este lanzara, desde el VAR se analiza toda la jugada y el colegiado va a verlo a la pantalla. Tras revisarlo lo tiene claro y ratifica su primera decisión para pitar la pena máxima para el Sevilla el cual Rakitic transformó para hacer el 1-2. El encuentro terminó finalmente empate a dos tras un gol en el descuento de los blancos. De nuevo se vuelve a demostrar que ni los árbitros tienen claras las manos y cuando hay que pitarlas. Una misma acción a favor del conjunto merengue se calibró de forma distinta y no se pitó pena máxima para el Madrid.