Un mismo contrato está dando para hablar y mucho. Cada protagonista está haciendo su propia interpretación. Messi, que se puede ir prácticamente libre y el Barça, que o se paga las cláusula o nada.
Atendiendo a la interpretación que ha hecho el argentino en uno de sus puntos vendría especificado que en la última temporada no tendría cláusula de rescisión por lo que la cantidad de los 700 millones quedaría exenta de ser pagada. A esto se atendrían para romper unilaterlamente el acuerdo y podría marcharse libremente sin que nadie tuviera que desembolsar esta cantidad desorbitada.
Además alegan que avisaron al club de que quería irse antes de finalizar el curso y dentro del plazo estipulado ya que la propia FIFA afirma que la fecha oficial de fin se alargó debido al coronavirus.
La institución da un giro a todo esto y tendrían otra interpretación distinta. En primer lugar, aseguran que esa cláusula de 700 millones sí está vigente hasta que se finalice el acuerdo y que Messi no puede salir si no se pagan como viene recogido en el contrato.
También se recoge que tiene como fecha límite para avisar de su salida el 10 de junio por lo que habría expirado y estaría fuera de plazo. Bartomeu no va a dar su brazo a torcer y no quiere sentarse a dialogar una marcha, sino todo lo contrario, lo único de lo que está dispuesto a hablar es sobre una renovación, algo que ahora mismo es impensable para el astro argentino ya que está firmemente convencido a abandonar el club. Los dos están seguros que llevan la razón y de torcerse todo sería la justicia la que decidiera este entuerto.
Mientras todo se resuelve, La Liga se ha pronunciado a favor del club. Está con la postura de la entidad culé y asegura que no podrá darle la baja federativa si no se aboba la cláusula. Las vías del delantero se agotan, pero su intención de irse cada vez es más fuerte. Ha dado plantón al equipo al no presentarse para realizarse las pruebas PCR y no estará en el primer entrenamiento.