Con la plantilla ya cerrada para la temporada, el Barça se pone a trabajar en las renovaciones pendientes. Una de ellas es la de Ronald Koeman. El neerlandés llegó para dos años y su contrato termina en el 2022 por lo que ya hablan con el club para poder ampliar esta fecha.
Según Sport, hace dos semanas el técnico y su representante Rob Cohen estuvieron en conversaciones con la zona noble de Can Barça para ampliar el contrato por una temporada más de la que ya tiene, es decir, hasta verano de 2023.
Teniendo en cuenta los problemas económicos, el Barça quiere formar un proyecto de futuro con estas limitaciones y pone en manos del entrenador esta planificación deportiva en donde sabe que la apuesta por los jóvenes va a tener que ser fuerte ya que apenas hay dinero para fichajes.
No va a ser tan sencillo como presentar el contrato y firmar. Joan Laporta ha puesto unas condiciones encima de la mesa para que haya un acuerdo. Una de ellas es que el equipo juegue bien y no se vea situaciones en el campo como se dieron en el final de la pasada temporada en el que el neerlandés planteaba un fútbol rácano y a guardar los corotos resultados. Este fue uno de los motivos por lo que al final de la pasada campaña se le estuvo buscando sustituto.
Si hay algo que se le ha pedido a Koeman también es que lleguen títulos. Desde que llegó solo se han podido alzar con la Copa del Rey y para el presidente este aspecto es importante. Laporta le ha marcado como prioridades La Liga y la Champions.
Y por último, el tercer aspecto es que se esfuerce para recuperar a jugadores que hasta ahora tenían un segundo plano como es el caso de Riqui Puig. Si por Koeman hubiera sido ya el jugador estaba vendido, pero es uno de los proyectos de futuro del club y quieren seguir ese plan de apostar por La Masia.
Además, quiere que intente recuperar a Umtiti. El central francés se niega a salir y por tanto quieren que el jugador sea de utilidad. Esperan que dándole confianza de nuevo vuelva al nivel de antes de lesionarse.
El Barça ha pasado de querer deshacerse del entrenador, porque entre otros no gustaba a Laporta, a querer renovarle y poner en sus manos el proyecto de futuro. Hubo unos días en los que se habló mucho de su salida y la realidad fue que no se acabó marchando porque no encontraron un sustituto adecuado y porque no podían pagarle el finiquito. Parce que el presidente ha recapacitado y ahora sí que confía en su técnico.