Los últimos tiempos de Bale en el Real Madrid están siendo un poco turbios. Todo comenzó con su divorcio con la afición tras una serie de actos del jugador que no gustaron nada y ha acabado con su desavenencia total con el club y el entrenador.
El pasado verano el galés estuvo a punto de salir de la entidad blanca rumbo a China. El fichaje ilusionaba al delantero por su gran contrato y era un nuevo reto. En la plantilla cada vez tenía menos peso y sus actuaciones en el campo tampoco lo avalaban.
Con todo esto encima de la mesa, el jugador ha decido que se va a quedar los dos años que le quedan de contrato a pesar de que sabe que no tiene muchas opciones de jugar. Según ha publicado 'The Sun', fuentes cercanas a Bale lo han confirmado. "Gareth verá sus últimos dos años a menos que no solo obtenga un movimiento que quiera sino que pague su contrato".
Es una de las fichas más altas que hay en las filas blancas y su bajo rendimiento en las últimas jornadas han abaratado mucho el coste del traspaso. La entidad no quiere venderlo tampoco a cualquier precio, pero las ofertas que lleguen por él no serán muy altas.
Bale conocedor de todo esto ha querido vengarse por bloquear su marcha a China. "No ha perdonado al Real por impedirle ir a China. Es un personaje muy decidido y está decidido a defender sus derechos. Si eso significa que permanece en el Real Madrid durante los próximos dos años y no consigue un partido, entonces eso es lo que está decidido a hacer".
Para la institución está siendo un jugador poco rentable y que sale muy caro a la hora de echar cuentas. Al año el galés podría embolsarse unos 20 millones de euros, dinero que no se justifica con su actuaciones en el terreno de juego.
La vuelta del fútbol tras el parón por el coronavirus era una nueva oportunidad para que Gareth demostrara sus dotes como futbolistas, pero no supo aprovechar los minutos que le dio Zidane, solo en un encuentro fue titular y de los 8 últimos partidos no ha jugado nada, incluso se ha caído de la convocatoria por decisión técnica y para el cruce de Champions contra el Manchester City no viajó por decisión propia, sabía que no iba a participar y le pidió al entrenador quedarse en casa.
Estos actos demuestran que en una plantilla tan extensa como la que tiene el Real Madrid no tiene hueco y si quiere hacérselo tendrá que ganárselo. Por delante de él están jugadores como Rodrygo o Vinicius que apenas están empezando y son las grandes promesas del club.