Ricardo De Burgos Bengoetxea era el colegiado designado para El Clásico. Los ojos están puestos en él tras toda la polémica arbitral que rodea al FC Barcelona por el caso Negreira. David Ibáñez le preguntaba a la entrada en el Camp Nou: "¿Tranquilidad?".
Un partido así siempre tiene mucha expectación y más cuando la profesionalidad de los colegiados empieza a estar en cuestión. De Burgos Bengoetxea hizo un gesto de tranquilidad hacia la prensa.
Al Real Madrid no le queda otra que responder con un triunfo a la obligación. Víctima de sus propios errores, con dos derrotas y tres empates en lo que va de año, y de la regularidad de su eterno rival, debe extender la racha de triunfos en el Camp Nou en Liga para devolver la emoción a la pelea por el título y no verla sentenciada con más de dos meses aún de calendario.
Salió victorioso de sus dos últimas visitas ligueras en el Camp Nou y debe olvidar la falta de hambre mostrada en el clásico de la Supercopa de España y la impotencia sentida en el último duelo, en Copa del Rey, cuando fue incapaz de hacer un gol a un Barcelona con bajas de máxima importancia.
Es su reto, convertir en terrenal a un portero como Ter Stegen que pone la firma a un registro de otro planeta. Hasta 19 porterías a cero en 25 jornadas y un solo tanto encajado en el Camp Nou. Un desafío para Karim Benzema, que llega a tiempo para jugar tras superar un golpe sufrido ante el Liverpool, en un encuentro en el que pese a marcar el tanto del triunfo se le vio falto de finura física para ser decisivo, y, como no, para el gran referente madridista, Vinícius, que encara un nuevo pulso con Araujo con ganas de liberarse de las ataduras del marcaje y ser decisivo.