El Real Madrid ha resurgido de sus cenizas y ha superado con nota una semana que se antojaba difícil tanto por los rivales, como por haber venido de perder la final de la Supercopa ante el FC Barcelona. En las victorias ante el Villarreal y el Athletic, ha habido tres jugadores que han brillado por encima del resto: Nacho, Camavinga y Ceballos. Los dos españoles y el francés han aprovechado la oportunidad y ponen en serios problemas a los titulares.
Nacho sigue demostrando que es un seguro atrás. Con la llegada de Rüdiger y Alaba las dos últimas temporadas, el canterano ha ido perdiendo minutos, sin embargo, la extensa nómina de lesionados del Real Madrid ha hecho que Ancelotti haya tenido que darle ya varias oportunidades. Como siempre, el de Alcalá siempre cumple. Jugando en posiciones que no son las suyas, el madrileño sigue demostrando que sería titular en muchos equipos Champions. Sin embargo, llevar al conjunto blanco en el corazón le ha llevado a no escuchar ofertas de fuera, siempre poniendo su grano de arena para hacer mejor a este Real Madrid.
El caso de Camavinga es particular. El francés ha ido teniendo menos minutos no porque Ancelotti no confiara en él, si no porque su bajón de rendimiento esta temporada ha sido evidente. Sin embargo, esta semana todo ha cambiado. Jugando en su posición y no tan adelantado como le gusta al técnico italiano, el francés ha brillado. Un seguro atrás y un auténtico recuperador de balones que fue clave para sostener las mil y un acometidas del Athletic en San Mamés.
Ceballos es el ejemplo más claro. El andaluz merece más minutos de los que tiene, dicho por Ancelotti, sin embargo, la dura competencia en el centro del campo del Real Madrid ha hecho que haya jugado poco. Con el evidente cansancio que arrastran Modric, Kroos y compañía, el ex del Betis se ha ido ganando su hueco, y ahora mismo está para ser titular. El utrerano acaba contrato este verano, y si sigue así, el Real Madrid terminará cambiando de opinión.
Ya lo dijo Ancelotti en sala de prensa el Real Madrid está en una transición donde los jóvenes - y no tan jóvenes como Nacho - deben dar un paso adelante para asegurar al futuro del conjunto blanco.