El delantero del Atlético de Madrid y su mujer, Alice Campello, dieron la bienvenida el pasado 9 de enero a su cuarta hija, la primera niña después de tres niños.
Durante el parto todo fue bien, pero cuando ya había nacido la niña, la modelo italiana comenzó a sufrir complicaciones y tuvo que ser ingresada de urgencia en la UCI de la Clínica Universitaria de Navarra, como hizo saber el futbolista a través de sus redes sociales. Afortunadamente, unos días después, la influencer recibió el alta y ya se encuentra recuperándose en su casa junto a su marido y sus cuatro hijos.
Morata, catorce días después de lo ocurrido, se ha tatuado en la muñeca la fecha del nacimiento "9-1-23", acompañado de la frase en italiano "Lezione di vita", que significa lección de vida.
El delantero se reincorporó al equipo después de unos días de baja por temas personales y recuperó la titularidad en el partido del Atleti contra el Valladolid en el Metropolitano. Un encuentro donde los rojiblancos siguieron su trayectoria intentando asentar las firmezas del buen camino del equipo tras el Mundial y que consiguieron sentenciar en los primeros 45 minutos.
Una primera parte contundente de los de Simeone hizo que se pusieran por delante en el marcador 3-0 antes de la media hora de partido. Los goleadores del partido fueron Morata, que abrió la lata en el minuto 19, y le siguieron Griezmann y Mario Hermoso.
Desde el paco del Metropolitano, Morata recibía la visita más especial de los últimos años. Su mujer, Alice, y su hija, Bella, se encontraban en el campo por primera vez desde que nació la niña. Bella se estrenó en el Metropolitano por todo lo alto, con gol y dedicatoria de su padre.
Álvaro Morata hacía una publicación tras el partido, donde se veía a su mujer y a su hija, con una camiseta del Atleti: "No me puedo sentir mas orgulloso! Primer partido de Bella! Os amo con locura."