Muchos han sido los casos en el fútbol en donde un club ha forzado la salida de un jugador apartándole de los entrenamientos con el equipo para que entrenara en solitario, pero en pocas ocasiones se ha visto que la entidad haya sido penalizado por ello. El PSG ha sido la última por un caso que sucedió en 2017.
Hatem Ben Arfa ha ganado su batalla judicial contra el conjunto parisino. El jugador ha salido victorioso en segunda instancia al darle la razón el Tribunal de Apelación de París. El PSG ha sido condenado por “acoso moral” y le pagará al futbolista 100.000 euros de compensación económica que quedan muy lejos de los 7.700.000 millones que pedía al principio del caso.
Los hechos por los que el club francés ha sido condenado se remontan a 2016. El jugador ficha por el PSG a petición de Unai Emery, pero fue en 2017 el detonante. En una visita del Emir de Qatar, el futbolista criticó al mandatario del club asegurando que era muy fácil reunirse con Al Khelaïfi para tomar decisiones sobre su situación deportiva.
En cuanto pronunció esas palabras, Ben Arfa fue apartado del primer equipo y empezó a entrenarse en solitario. Poco tiempo después, cuando el PSG comienza su gira de pretemporada por Estados Unidos al jugador se le niega el viaje y no acompaña al resto de sus compañeros.
En septiembre de ese mismo año le mandan a ejercitarse con el segundo equipo del PSG que juega en la cuarta división francesa. Es cuando Ben Arfa decide tomar cartas en el asunto y denunciar su situación ante la Comisión Jurídica de la LFP.
El organismo avisó al club de lo que estaba haciendo y el PSG alegó que le habían recomendado al jugador a que saliera en verano y fichara por otro club. El Tribunal consideró que negarle entrenar con el primer equipo constituye un delito de “acoso moral” por el que han sido sentenciados.