Hace un año desde que Rusia decidiera invadir Ucrania y estallara la guerra. La situación que se está viviendo en esos países es desoladora, millones de personas lo han perdido todo y han tenido que refugiarse en otros países para mantenerse a salvo. La guerra ha afectado también al ámbito del deporte, donde aún siguen sufriendo las consecuencias de la invasión.
Un año después la guerra en Ucrania sigue, pero el fútbol también. Con alarmas y refugios antiaéreos, pero la liga ucraniana se reanudará la próxima semana, como todos los años, tras el receso invernal. Hay pocos aficionados y muy poco dinero, pero el Shakhtar Donetsk mantiene bien alto el pabellón patrio. Mientras, su vecino, el fútbol ruso, es desde febrero de 2022 un apestado a nivel internacional.
El panorama del fútbol ruso es desolador. Sin apenas estrellas extranjeras, escasa afluencia de público a los estadios y presupuestos menguantes. "La situación es muy difícil. No me creo que ya haya pasado un año. Nunca habíamos vivido algo igual. El nivel del fútbol en la liga rusa ha bajado mucho. Muchos extranjeros se marcharon", comentó a EFE Alexandr Mostovói, uno de los mejores futbolistas rusos de los últimos 30 años que militó en Spartak Moscú y Celta de Vigo.
Las autoridades han contribuido al caos al imponer a los aficionados la obligación de solicitar un pasaporte especial (el Fan ID) para acceder a los estadios. Dicha medida afectará a todos los equipos a partir de marzo. El objetivo de dichos ID es reducir la presencia de grupos radicales, que han puesto en evidencia a Rusia en varias ocasiones por sus actos vandálicos. Todas las asociaciones de aficionados de Rusia se han puesto de acuerdo a la hora de negarse al unísono a acudir al estadio.
El Gobierno ucraniano entendió muy bien que el fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes. Dio el visto bueno al inicio del campeonato en agosto, pese a los masivos bombardeos aéreos rusos. Las alarmas aéreas tuvieron en vilo a jugadores, técnicos y aficionados, pero el deporte superó al miedo. A día de hoy, el Dnipró-1 encabeza la clasificación con 35 puntos, el todopoderoso Shakhtar es segundo con 30, los mismos que el histórico Dinamo Kiev.
Mientras Rusia no ve la luz al final del túnel, la selección ucraniana, que estuvo a punto de disputar el Mundial de Catar, iniciará el 26 de marzo la fase de clasificación para la Eurocopa.
Ucrania siempre ha sido cantera de grandes futbolistas, desde Blokhin a Shevchenko. La última aparición fue la de Mykhailo Mudryk. Su extraordinaria actuación en la fase de grupos de la Liga de Campeones hizo que el Chelsea no dudara en hacerse con sus servicios previo pago de 100 millones de euros.
El dueño del Shaktar, Rinat Akhmétov, decidió dedicar 25 millones de euros de los pagados por el Chelsea para ayudar a los combatientes y sus familias. El dinero se dedicará al tratamiento médico, la ayuda psicológica y la obtención de prótesis para los heridos en combate.
Mudryk apareció envuelto en una bandera ucraniana en su presentación con el Chelsea como muestra de apoyo a su país en estos momentos difíciles.