Luis Campos fue uno de los protagonistas en el partido del PSG contra el Lille. Los parisinos iban perdiendo 2-3 y en el minuto 75 apareció el director deportivo en el área técnica. Su imagen dejó mucho que desear, pero el equipo acabó remontando y evitando la cuarta derrota consecutiva.
El dirigente del club comenzó a dar órdenes tácticas a los jugadores del PSG. Mientras tanto también aprovechó para recriminarle airadamente al cuarto árbitro el penalti señalado a su equipo que había sido el 2-2.
El equipo reaccionó primero con un gol de Mbappé y luego la remontada definitiva la puso Messi con un gol de falta directa en el descuento. Tras este, Luis Campos perdió los papeles y celebró efusivamente la victoria en la cara del cuarto árbitro. Miembros del staff técnico tuvieron que sujetarle y separarle antes de que las consecuencias fueran graves.
Christophe Galtier dijo tras el partido que esto era un comportamiento “fruto de la pasión” y no veía nada malo que él hubiera bajado a dar órdenes al equipo ya que no transcendió “al aspecto técnico-táctico”.
Deprimido por los últimos resultados, el París Saint-Germain vivió de las apariciones de Mbappé y de la varita de Messi para silenciar las críticas. Sus aciertos no escondieron las carencias de los hombres de Galtier, que cometieron errores de juveniles que casi costaron caros.
Su tanto no sólo inauguró el marcador. También tranquilizó por unos instantes a un equipo inseguro que jugó con fuego y que apenas tres minutos después marcó el segundo por medio de Neymar. El brasileño cerró a placer una jugada colectiva que terminaron de hilvanar Messi y Vitinha y que disfrazó la polémica del póker y la hamburguesa.
Con ese gol, el PSG se las prometió muy felices. El Lille, parecía acabado, con el recuerdo del 1-7 de la ida y todo parecía indicar que se iba a derrumbar como un castillo de naipes. Sin embargo, se hizo con la manija del partido y volvieron los sustos a la portería de Donnarumma. Primero, con un cabezazo de Jonathan David que salvó el portero italiano. Y, segundo, con el acierto de Diakite, que firmó un 2-1 inquietante para el conjunto parisino de cara al segundo acto.
La tensión subió enteros cuando Neymar tuvo que abandonar el terreno de juego en los primeros compases del duelo tras la reanudación. Una entrada de Benjamin Andre derribó al brasileño, que se torció el tobillo derecho para cerrar su concurso en el choque a los 51 minutos.
El París Saint-Germain, desnortado, se llevó otro disgusto con el tanto de penalti de Jonathan David, el número quince del delantero canadiense este curso, y que precedió al zambombazo de Bamba que provocó el cabreo definitivo de Luis Campos. Entonces, casi al final, primero apareció Mbappé y después Messi, para cerrar la victoria con una falta que dio oxígeno a Galtier cuando Zinedine Zidane ya calentaba en la banda.